Los cuatro evangelios relatan
fehacientemente la resurrección de Cristo el primer día de la semana, lo que
hoy se conoce como ``Domingo de resurrección``. La resurrección estaba profetizada en el
Antiguo Testamento y fue corroborada por el mismo Cristo ya en el Nuevo. El sepulcro fue encontrado vacío y cuidado
por ángeles. Se lee el testimonio de las
mujeres, acerca del soborno de los soldados para negar la resurrección pero lo más
importante son las apariciones del Cristo resucitado.
La resurrección de Cristo no sólo es
un hecho histórico sino una realidad innegable por más que siempre se ha
tratado de ocultarla. Algunos de los primeros cristianos ya solían dudar a tal grado
que el mismo Pablo alerta a los creyentes de la iglesia primitiva: ``Si en esta vida solamente esperamos en
Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Mas ahora
Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que duermen es hecho.
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la
resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo las
primicias, luego los que son de Cristo en su venida`` (1 Corintios 15:19-23).
Los cristianos debemos tener en claro que la resurrección
de Cristo es el principal bastión de nuestra fe. Pablo dice: ``Si Cristo no resucitó, vana es nuestra
predicación`` (V: 17). es única en su significado. Algunos resucitaron como
es el caso de Lázaro pero volvieron a morir, eso no sucedió ni sucederá con
Cristo. El resucitó, se apareció a sus
seguidores, convivió con ellos por unos
cuarenta días y ascendió a la vista de muchos al seno del Padre para reinar
eternamente. Eso lo sabe muy bien el diablo que por más que trate de desvirtuar
la verdad, esta siempre prevalece. De hecho, el principal interesado en negarla
es él que desde la misma eternidad quiso
estorbar los planes de Dios. Negar la resurrección de Cristo sería la peor
vergüenza y el principal fracaso del cristianismo
La resurrección de Cristo asegura nuestra resurrección.
Pablo dice: ``primicia de los que duermen
es hecho``. Estas eran las primeras gavillas de la cosecha que eran
consagradas a Dios e implicaban la cosecha a seguir, a nosotros nos aseguran la
resurrección final de todo el pueblo de Dios. La primera gavilla de la cosecha
debía de ser traída al templo como una prueba de que había cosecha, debía
hacerse con regocijo. ¿Quién no se alegra cuando ve realizado el fruto de su
esfuerzo? Hoy día lamentablemente muy
pocos cristianos traen el primer fruto de su trabajo a la casa de Dios, ya sea
al inicio de uno nuevo o como algunos fieles lo hacen al comienzo de cada año.
En lo personal puedo afirmar a que quienes lo hacen les he visto ser bendecidos
en todas las áreas los 365 días del año. Al hablar de primicias, Pablo dice que Cristo debía ser el primero en romper las ataduras de la tumba
puesto que es él que encabeza a la iglesia. El interés del apóstol en instruir a la
iglesia se debía a que dentro de los gentiles habían filosofías materialistas
que negaban la resurrección y confundían a los nuevos creyentes. El apóstol les llama ``vanas filosofías`` No hay
duda de que la resurrección de Cristo es indispensable para la vida del ser
humano. Sin embargo, eso no da esperanza a nadie, independientemente de
cuan bueno se sea, a menos que se crea en él y nos identifiquemos con su muerte y
resurrección.
Con respecto al día siempre ha habido y habrá
controversia. Es verdad que Constantino oficializó el domingo, pero eso no
justifica que él lo haya establecido. Ya
los cristianos si bien todavía acudían a la sinagoga en sábado, se reunían el
primer día de la semana (el domingo). Ese era el octavo día para celebrar la
Santa Cena, predicar y traer sus ofrendas (1 Corintios 16:1,2; 20:7). En otras
palabras, ésta era ya una práctica que se venía dando desde los inicios de la
iglesia. Los cristianos-evangélicos no estamos atados al sábado. Entendemos que
era el sétimo día en el Antiguo Testamento pero con la resurrección de Cristo
(el verdadero triunfo de la fe cristiana) en el primer día de la semana (lo que
después vino a llamarse domingo), todo
cambió. Muchos ejemplos podrían citarse. Uno de ellos es que Juan recibió la
revelación de Apocalipsis en el día del Señor, nombre con el que ya se conocía el
octavo día (Apocalipsis 1:10).
No se trata de crear polémica, simplemente entendemos como
dice Pablo: ``el que hace diferencia
entre día; lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día para el Señor
no lo hace (Romanos 14: 5,6). El verso 5 es claro ``uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los
días``. El mismo Cristo dijo que el sábado fue hecho por causa del hombre y
no el hombre para el sábado, por tanto el Hijo del Hombre es Señor del sábado (Marcos
2:23-28). Lo importante es guardar un
día después de trabajar seis, puede ser incluso entre semana pero dado a que
generalmente se descansa en domingo, todo se hace para el Señor. Hoy
Cristo es nuestro verdadero sábado, nuestro reposo absoluto.
No puede haber resurrección sin muerte
previa, Cristo tuvo que morir para resucitar.
La muerte entró en el mundo por causa del pecado a causa de la
desobediencia del hombre (V: 21). La
muerte causa temor. Eso es natural, temer
a morir es el más grande de los temores en el ser humano por tratarse de un
paso desconocido. No-obstante, la buena noticia es que la resurrección está
garantizada para todos los hombres porque en Adán todos mueren, veamos lo que
dice Job: `` Ciertamente sus días están
determinados, y el número de sus meses está cerca de ti; le pusiste límite de
los cuales no pasará (Job 14:5). En conclusión, en un día como éste
(Domingo de Resurrección) el Señor se
levantó de la tumba, venció la muerte. Con ello garantiza nuestra resurrección.
si es que cuando él venga ya habremos muerto, si aún estamos vivos, seremos llevados
con Él en el tan ansiado arrebatamiento de la iglesia. Entonces habremos pasado de
muerte a vida. Convincente y desafiantemente Pablo pregunta: ``Donde está oh muerte tu aguijón, donde oh sepulcro tu
victoria?`` (V:55,56).
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