Febrero es conocido
como el mes del amor y la amistad. El día
catorce es cuando en la
mayoría de países occidentales se celebra el Día del amor conocido también en
algunos de ellos como el Día de los enamorados. Sólo
basta con salir por las calles de
cualquier pueblo o ciudad para ver globos, osos de peluche, arreglos florales
por lo regular de color rojo o rosado, como también a personas tanto jóvenes
como adultos portando un ramo de flores o la prenda de la predilección del ser
amado. Es común oír anécdotas de parejas que se conocieron o se dieron el SI en
un día como éste y terminaron el altar o muchas parejas escojen este dia para contraer nupcias. Los restaurantes no se dan abasto para
atender a las parejas ya sea a desayunar, almorzar o cenar. Por tanto, es un día
especial para hablar del amor en su esencia, independientemente de lo que cuenta
la leyenda acerca del personaje San Valentin que cobra relevancia cada el 14 de
febrero. Valentin era un sacerdote del siglo III D.C. que desafió al emperador
Romano Claudio II por prohibir los matrimonios entre jóvenes porque más le
interesaba disponer del potencial juvenil apto para la guerra. Valentin fue
encarcelado y finalmente decapitado precisamente un 14 de febrero.
Es también una oportunidad para
hablar del amor en su esencia. De ese que debe permanecer en todas las áreas de
la vida. Desde el noviazgo, el matrimonio, la familia y en todo aquellos que
tenga que ver con la realación entre personas. El verdadero amor viene de Dios
porque Dios es amor pero es necesario aclarar que no todo amor procede de Dios.
Por ejemplo: el amor entre hombre con hombres o mujeres con mujeres no viene de
Dios, es contrario a lo que Él enseña en su palabra por ser contra
naturaleza. La Biblia abunda en referencias que respaldan la postura
auténticamente cristiana (Génesis 19; Levítico 20:13; Romanos 1:24-32; 1 Corintios
6:10). Eso tanpoco quiere decir que Él no ame a los homosexuales, ni que no
tengan acceso al cielo, si ellos se arrepienten de su pecado y cambian su estilo de
vida tienen abiertas las puertas del cielo. Dios ama al pecador pero no su pecado. El amor fuera del matrimonio tampoco viene de Dios, es infidelidad.
Para tener una mejor óptica del
tema hablemos de las tres clases de amor que regularmente se habla en las
iglesias: El amor eros. Éste tiene que ver con los sentidos, con lo sensual.
Eros era el dios que en la mitología griega era venerado como el dios de la
fertilidad, de ahí la palabra erotismo que tiene que ver con la búsqueda de la
atracción sexual. Es la causa de gran cantidad de divorcios y sus terribles
consecuencias porque las parejas se dejaron llevar por la lujuria, por tanto no
viene de Dios. El segundo es el amor filial del griego filos que tiene que ver
con lo fraternal. Es el amor humano y como tal limitado. Muchas veces comienza
grande pero las circunstancias adversas o de cualquier índole hace que valla disminuyendo
hasta desaparecer. Las parejas se juran amor eterno en el altar y al poco
tiempo se están divorciando porque tanpoco provino de Dios. El tercero es el
amor agape que se traduce como afecto, el incondicional en que a la persona
solo le interesa el ser que ama. Es el amor que se profesa entre la pareja o
entre padres e hijos. Es el único que Satanás no puede imitar ni falcificar. Es
el producto de corazones redimidos, es el amor con Cristo nos amó en el
Calvario.
El amor agape es el amor sacrificial,
es el que se niega así mismo, es libre de esgoísmo que es la principal causa de
los males de la sociedad. Es del que Pablo dice:“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envida, el amor no es
jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se
irrita, no guarda rancor; no se goza de la inusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13- 4-7). El amor agape es el amor de Dios. Nos
enseña que no siempre se tiene la razón, es el que sabe escuchar, es el que
perdona, es el que no actúa con malicia, no es revanchista. Es el que nos
enseña que sólo Cristo es la verdad y el camino (Juan 14:6). Es el que se
interesa en la salvación de los pecadores es el que solamente se conoce a
través de un encuentro real con Jesucristo. Es el que perdurará por la
eternidad. Pablo dice que se acabaran las lenguas, la profecía, la fe, la
esperanza como los dones más populares pero el amor “el amor de Dios” nunca
déjà de ser (1 Corintios 13:8-13). Todos esos dones son indispensables en la
tierra pero en el cielo ya no serán necesarios porque habremos llegado al
climax, al más alto nivel de la dimension espiritual como seres transformados,
pero el amor nos unirá por la eternidad.
¿Cómo conocer entonces el verdadero amor de
Dios y disfrutar de sus multiples beneficios? La única manera es conocer a
Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador, no es la virgen, no son los santos, es asumiendo nuestro
verdadero roll como embajadores del cielo y testigos de Cristo (Juan 3:16;
Efesios 5:20; Isaías 43:10). El amor de
Dios no se limita al 14 de febero ni tanpoco a un mes específico, es el que
perdura en todo tiempo y en toda circustancia. Salomón dijo: “Las muchas aguas
no podran apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos” (Cantares 8:7).
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