sábado, 14 de febrero de 2015

EL AMOR EN SU ESENCIA


Febrero es conocido como el mes del amor y la amistad. El día catorce es cuando en la mayoría de países occidentales se celebra el Día del amor conocido también en algunos de ellos como el Día de los enamorados. Sólo basta con salir por las calles de cualquier pueblo o ciudad para ver globos, osos de peluche, arreglos florales por lo regular de color rojo o rosado, como también a personas tanto jóvenes como adultos portando un ramo de flores o la prenda de la predilección del ser amado. Es común oír anécdotas de parejas que se conocieron o se dieron el SI en un día como éste y terminaron el altar o muchas parejas escojen este dia para contraer nupcias. Los restaurantes no se dan abasto para atender a las parejas ya sea a desayunar, almorzar o cenar. Por tanto, es un día especial para hablar del amor en su esencia, independientemente de lo que cuenta la leyenda acerca del personaje San Valentin que cobra relevancia cada el 14 de febrero. Valentin era un sacerdote del siglo III D.C. que desafió al emperador Romano Claudio II por prohibir los matrimonios entre jóvenes porque más le interesaba disponer del potencial juvenil apto para la guerra. Valentin fue encarcelado y finalmente decapitado precisamente un 14 de febrero. 
Es también una oportunidad para hablar del amor en su esencia. De ese que debe permanecer en todas las áreas de la vida. Desde el noviazgo, el matrimonio, la familia y en todo aquellos que tenga que ver con la realación entre personas. El verdadero amor viene de Dios porque Dios es amor pero es necesario aclarar que no todo amor procede de Dios. Por ejemplo: el amor entre hombre con hombres o mujeres con mujeres no viene de Dios,  es contrario a lo que Él enseña en su palabra por ser contra naturaleza. La Biblia abunda en referencias que respaldan la postura auténticamente cristiana (Génesis 19; Levítico 20:13; Romanos 1:24-32; 1 Corintios 6:10). Eso tanpoco quiere decir que Él no ame a los homosexuales, ni que no tengan acceso al cielo, si ellos se arrepienten de su pecado y cambian su estilo de vida tienen abiertas las puertas del cielo. Dios ama al pecador pero no su pecado. El amor fuera del matrimonio tampoco viene de Dios, es infidelidad.
Para tener una mejor óptica del tema hablemos de las tres clases de amor que regularmente se habla en las iglesias: El amor eros. Éste tiene que ver con los sentidos, con lo sensual. Eros era el dios que en la mitología griega era venerado como el dios de la fertilidad, de ahí la palabra erotismo que tiene que ver con la búsqueda de la atracción sexual. Es la causa de gran cantidad de divorcios y sus terribles consecuencias porque las parejas se dejaron llevar por la lujuria, por tanto no viene de Dios. El segundo es el amor filial del griego filos que tiene que ver con lo fraternal. Es el amor humano y como tal limitado. Muchas veces comienza grande pero las circunstancias adversas o de cualquier índole hace que valla disminuyendo hasta desaparecer. Las parejas se juran amor eterno en el altar y al poco tiempo se están divorciando porque tanpoco provino de Dios. El tercero es el amor agape que se traduce como afecto, el incondicional en que a la persona solo le interesa el ser que ama. Es el amor que se profesa entre la pareja o entre padres e hijos. Es el único que Satanás no puede imitar ni falcificar. Es el producto de corazones redimidos, es el amor con Cristo nos amó en el Calvario.
El amor agape es el amor sacrificial, es el que se niega así mismo, es libre de esgoísmo que es la principal causa de los males de la sociedad. Es del que Pablo dice:“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envida, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rancor; no se goza de la inusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13- 4-7).  El amor agape es el amor de Dios. Nos enseña que no siempre se tiene la razón, es el que sabe escuchar, es el que perdona, es el que no actúa con malicia, no es revanchista. Es el que nos enseña que sólo Cristo es la verdad y el camino (Juan 14:6). Es el que se interesa en la salvación de los pecadores es el que solamente se conoce a través de un encuentro real con Jesucristo. Es el que perdurará por la eternidad. Pablo dice que se acabaran las lenguas, la profecía, la fe, la esperanza como los dones más populares pero el amor “el amor de Dios” nunca déjà de ser (1 Corintios 13:8-13). Todos esos dones son indispensables en la tierra pero en el cielo ya no serán necesarios porque habremos llegado al climax, al más alto nivel de la dimension espiritual como seres transformados, pero el amor nos unirá por la eternidad.
 ¿Cómo conocer entonces el verdadero amor de Dios y disfrutar de sus multiples beneficios? La única manera es conocer a Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador, no es la virgen, no son los santos, es asumiendo nuestro verdadero roll como embajadores del cielo y testigos de Cristo (Juan 3:16; Efesios 5:20; Isaías 43:10).  El amor de Dios no se limita al 14 de febero ni tanpoco a un mes específico, es el que perdura en todo tiempo y en toda circustancia. Salomón dijo: “Las muchas aguas no podran apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos” (Cantares 8:7).

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario