Se necesita
tener endurecido el corazón para no conmoverse al ver las imágenes de de cientos y cientos de niños detenidos
en la frontera sur de Estados Unidos. Se les ve durmiendo apiñados en el piso
de ciertos lugares, que más parecen bodegas, a donde son llevados por la
patrulla fronteriza cuando son detenidos o porque muchos de ellos mismos son
los que se entregan. Todo en su intento
de reunirse con su padres, o porque éstos se las juegan al exponerlos a tantos
peligros para por fin tenerlos con ellos. Como siempre son traídos por “coyotes”
a costa de miles de dólares y en casos extremos los mismos niños se vienen solos.
El principal motivo
que los está obligando a tan extrema aventura es para huír de la violencia en
Centro Améria, especialmente Guatemala, El Salvador y Honduras. No es para
menos. Huyen de ser secuestrados, torturados o asesinados si se resisten a ser
reclutados por las pandillas, u obligados a vender drogas. Muchos de estos
niños no han visto a sus verdaderos padres por años, o ni siquiera les conocen
en persona porque un día emigraron al norte para proveerles un mejor futuro. En
sus países viven con los abuelos o tíos quienes quedaron a cargo y ahora son
quienes son extorcionados más cuando estas organizaciones criminales saben que
sus víctimas tienen familiares inmediatos en Estados Unidos.
Otro motivo que
está siendo divulgado por la prensa es que en los países de donde provienen les
dicen que por ser menores no serán deportados. También que se pueden acoger al
programa de Acción Diferida aprobada por la Administración Obama en agosto del
2012, esto es falso. Para el progarama de Acción Diferida los jóvenes soñadores
o “dreamers” en ingles debieron estar en el país antes del 15 de Junio 2012. Además
tuvieron que haber cumplido 16 años dentro de Estados Unidos y ser menores de
31. Es obvio que para comprobarlo se necesita en primer lugar la documentación
escolar, y quienes hayan entrado después de esa fecha no tienen esa posiblidad.
Lamentablemente ese es el caso de los niños que están llegando, y que de
acuerdo a reportes ya suman unos 47,000 y se predice que dicha suma ascienda a
90,000.
Otro motivo
también es la desesperación y frustación de los padres en Estados Unidos ante
el estancamiento de la tan ansiada reforma migratoria. Mientras la extrema republicana
y el presidente se han enfrascado en un estire y encoge culpándose uno al otro,
los padres ven cada día más remoto el poder viajar libremente a sus países para
ver a sus hijos o que estos sean protegidos por algún programa de reunificacion
familiar. Estamos cayendo como hace veinte años con la tristemente célebre
proposición 187 en California. Esta pretendía negar acceso a programas de salud y educación a
los indocumentados, eso provocó un movimiento sin precedentes de la población
inmigrante llamado el “Ðespertar del Gigante Dormido”, la 187 fue derrotada en
corte y ahora sólo es historia.
Con respecto a
los 47, 000 niños que han cruzado la frontera en los últimos ocho meses, el
embajador del Salvador en Estados Unidos le dijo a Jorge Ramos de Univisión que
la culpa debe de ser compartida entre los gobiernos de los países de donde
vienen y éste. En palabras del Embajador, los pandilleros que están causando
tanto daño más allá de la frontera sur se iniciaron en Estados Unidos. Para
nadie es un secreto que el mercado principal con respecto al consumo de drogas lo tenemos en este país,
y estos miles que al ser deportados van a seguir haciendo lo mismo que
aprendieron aqui.
De cualquier
manera el problema es grave. El gobierno estadounidense ya ha dicho que para
estos miles y miles de niños no les espera nada halagador más que la
deportación. El mensaje es claro y contundente.
Eso mismo reafirmó el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden ante
los gobiernos de Centro América y México en reciente visita a Guatemala. El
presidente Otto Pérez Molina de nuevo abogó por el TPS para guatemaltecos, a lo
que Biden respondió que todo depende de si es o no aprobada la reforma
migratoria. Yo espero que ésta por fin sea aprobada, es mi oración a Dios
constantemente y es el sentir de las iglesia evangélica, católica hispana y otras
denominaciones. Lo más maravilloso sería que nuestros hermanos puedan legalizar
su situación y poder salir de las sombras en Estados Unidos. Como guatemalteco
me alienta lo dicho por Biden que podría haber una posiblidad para los chapines
en U.S.A. Sin embargo, lo más relevante es legalizar a once millones de
indocumentados que bien merecido se lo tienen, estudios imparciales dicen que
aportan al país más de lo que reciben.
Finalmente, exhorto
a los padres especialmente de Guatemala, El Salvador y Honduras a no exponer a
sus hijos. A no dejarse engañar por
rumores mal infundados o no, basta con ver los peligros a que se exponen las
personas en el tren llamado la Bestia y más cuando se trata de niños. Hay que
informarse oyendo noticias en radio y televisión, hoy con la tecnología hasta
en los lugares más remotos se puede conectar a la intenet y leer que mucho de
lo que se dice no es verdad. Es
comprensible la desesperación por la que eventualmente muchos ya hemos pasado,
pero en la condiciones actuales no es conveniente exponer a sus hijos. Por tanto, ofrezco
mis oraciones por los 47,000 niños detenidos en la frontera para que no sean
deportados. Ya el presidente habló de “crisis humanitaria” y eso puede ser el
principio para tomarlos como refugiados, después de todo eso son. Oro por sus
angustiados padres para que pronto puedan tener con ellos a sus hijos. Oro
también para que en nuestros países mejoren las condiciones de vida y no
tengamos que seguir viéndonos en la necesidad de emigrar hacia el norte.
Mientras tanto quienes estamos aquí también necesitamos ser tratrados digna mente.
¡Dios, has que la reforma migratoria sea hecha realidad!
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