Rizpa,
concubina del rey Saúl fue una de las mujeres de la biblia que supieron asumir
su rol de madre, luchó silenciosamente hasta conseguir que sus
hijos fueran sepultados dignamente. Hoy quiero referirme a Rizpa desde la
perspectiva de la mujer inmigrante en este Día de la madre. El día que es celebrado en algunos países de
América Latina (el 10 de Mayo) mientras que en Estados Unidos lo es el segundo
domingo.
La historia se remonta al capítulo 9 de Josué cuando los amorreos, cananeos fereseos, hebeos y jebuseos se unieron para pelear en contra del ejército de Israel comandado por Josué. Los de Gabaón fueron más astutos, aparentaron una pobreza extrema al engañar a Josué diciendo ser de tierras lejanas, así lograron que se les perdonara la vida. Josué hizo alianzas con ellos, no-obstante la instrucción divina era acabar con todas las tribus adoradores de dioses paganos. Tres días más tarde el caudillo israelita descubrió que había sido engañado pero el pacto estaba hecho. Fueron tomados por leñateros y aguadores para la congregación y el altar de Jehová como castigo, pero eso no evitaría el seguir multiplicándose dentro del pueblo de Dios.
Saúl el primer rey de Israel ignoró dicho pacto dando muerte a los gabaonitas, a causa de ello vinieron tres años de hambre a Israel ya bajo el reinado de David. Éste en su afán de corregir lo hecho por Saúl quiso reivindicarles ofreciéndoles dar lo que pidiesen, éstos ni lentos ni perezosos pidieron la vida de siete hombres (Segundo libro de Samuel capítulo 21). El único en ser perdonado fue Mefi-boset hijo de Jonatán y nieto de Saúl pero fueron sacrificados los hijos de Rizpa por ser hijos de Saúl, cinco de Mical mujer de David e hija de Saúl, y así comenzó el drama para esta madre. Los hijos de Mical fueron ahorcados y exhibidos públicamente por unos cinco meses, un hecho totalmente aberrante para los judíos. Lo más correcto hubiera sido sepultarlos pero a Rizpa le importaba la reputación de sus hijos y de los otros muertos vilmente. El verso 10 dice que Rizpa tomó una tela de cilicio y la tendió para sí sobre un peñasco (que era el tiempo de la cosecha y el invierno). Durante esos cinco meses no permitió que la lluvia o las aves dañaran los cuerpos hasta que la noticia llegó a oídos del rey David. El rey de inmediato hizo llevar los huesos de Saúl, los de Jonatán, los de los dos hijos de Rizpa que habían sido ahorcados, también mandó que fueran sepultados dignamente.
La historia se remonta al capítulo 9 de Josué cuando los amorreos, cananeos fereseos, hebeos y jebuseos se unieron para pelear en contra del ejército de Israel comandado por Josué. Los de Gabaón fueron más astutos, aparentaron una pobreza extrema al engañar a Josué diciendo ser de tierras lejanas, así lograron que se les perdonara la vida. Josué hizo alianzas con ellos, no-obstante la instrucción divina era acabar con todas las tribus adoradores de dioses paganos. Tres días más tarde el caudillo israelita descubrió que había sido engañado pero el pacto estaba hecho. Fueron tomados por leñateros y aguadores para la congregación y el altar de Jehová como castigo, pero eso no evitaría el seguir multiplicándose dentro del pueblo de Dios.
Saúl el primer rey de Israel ignoró dicho pacto dando muerte a los gabaonitas, a causa de ello vinieron tres años de hambre a Israel ya bajo el reinado de David. Éste en su afán de corregir lo hecho por Saúl quiso reivindicarles ofreciéndoles dar lo que pidiesen, éstos ni lentos ni perezosos pidieron la vida de siete hombres (Segundo libro de Samuel capítulo 21). El único en ser perdonado fue Mefi-boset hijo de Jonatán y nieto de Saúl pero fueron sacrificados los hijos de Rizpa por ser hijos de Saúl, cinco de Mical mujer de David e hija de Saúl, y así comenzó el drama para esta madre. Los hijos de Mical fueron ahorcados y exhibidos públicamente por unos cinco meses, un hecho totalmente aberrante para los judíos. Lo más correcto hubiera sido sepultarlos pero a Rizpa le importaba la reputación de sus hijos y de los otros muertos vilmente. El verso 10 dice que Rizpa tomó una tela de cilicio y la tendió para sí sobre un peñasco (que era el tiempo de la cosecha y el invierno). Durante esos cinco meses no permitió que la lluvia o las aves dañaran los cuerpos hasta que la noticia llegó a oídos del rey David. El rey de inmediato hizo llevar los huesos de Saúl, los de Jonatán, los de los dos hijos de Rizpa que habían sido ahorcados, también mandó que fueran sepultados dignamente.
Saúl
había muerto peleando contra los filisteos en Gilboa, al sentirse derrotado
junto a sus hijos Jonatán, Abinadab y
Malquisúa pidió a su escudero que lo matara. Ante la resistencia de éste el mismo
Saúl se echó sobre su espada, entonces su escudero también hizo lo mismo. Al
día siguiente los filisteos le cortaron la cabeza, colgaron su cuerpo en el
muro de Bet-sán que en seguida fue quitado de ahí por los hombres de Habes de
Galaad, lo sepultaron debajo de un árbol (1 Samuel 31: 1-7; 11-13). De Rizpa
solamente eran dos Armoni y mefiboset, el otro Mefiboset era hijo de Jonatán
que había sido perdonado por David, el caso es que todos habían sido expuestos
a la vergüenza pública y eso ella no lo podia permitir. Con esa medida de hecho
no sólo consiguió reivindicar a sus hijos, sino los de Saúl su marido padre de
los dos ahorcados, los de Jonatán íntimo amigo del ahora rey David y los de
Jabes.
Lo que se aprende de Rizpa es digno de imitar por madres y padres que se esmeran por cuidar o dignificar a sus hijos, hoy cuando los valores morales y éticos son pisoteados vilmente. No es en vano que su nombre significa ``carbón encendido`` porque como tal desafió el frío, la soledad y hasta el menosprecio, en pro del honor de sus hijos y consiguió mucho más.
A cuántas Rizpas vemos a diario jugar el papel de madre y padre para sacar adelante a sus hijos contra viento y marea. En nuestra misma congregación hemos visto a lo largo de los años mujeres que han dejado su país arriesgando sus vidas, a ser vituperadas en su trayecto cruzando hasta tres y más países para llegar a Estados Unidos. Ya en tierra norteamericana dejan sus pulmones frente a la máquina de coser, en limpieza o cualquier otro trabajo que aunque digno no deja de ser un medio de explotación que se presta para ser abusadas. Por su condición de indocumentdas no se atreven ni siquiera a denunciar los abusos a que son sometidas. Su mayor lucha es traer a sus maridos y a sus hijos, pero ya aquí tienen que dejarlos en manos de familiares o amigos para poder trabajar. Tienen que pagar por su cuidado mientras que ellas tambien cuidan los del patrón o patrona en la casa donde trabajan.
Lo que se aprende de Rizpa es digno de imitar por madres y padres que se esmeran por cuidar o dignificar a sus hijos, hoy cuando los valores morales y éticos son pisoteados vilmente. No es en vano que su nombre significa ``carbón encendido`` porque como tal desafió el frío, la soledad y hasta el menosprecio, en pro del honor de sus hijos y consiguió mucho más.
A cuántas Rizpas vemos a diario jugar el papel de madre y padre para sacar adelante a sus hijos contra viento y marea. En nuestra misma congregación hemos visto a lo largo de los años mujeres que han dejado su país arriesgando sus vidas, a ser vituperadas en su trayecto cruzando hasta tres y más países para llegar a Estados Unidos. Ya en tierra norteamericana dejan sus pulmones frente a la máquina de coser, en limpieza o cualquier otro trabajo que aunque digno no deja de ser un medio de explotación que se presta para ser abusadas. Por su condición de indocumentdas no se atreven ni siquiera a denunciar los abusos a que son sometidas. Su mayor lucha es traer a sus maridos y a sus hijos, pero ya aquí tienen que dejarlos en manos de familiares o amigos para poder trabajar. Tienen que pagar por su cuidado mientras que ellas tambien cuidan los del patrón o patrona en la casa donde trabajan.
Cuando mi esposa y yo estábamos recién llegados teníamos que trabajar
de noche. Nos veíamos en la necesidad de dejar recomendados a nuestros niños, David
QPD con escasos diez años y su hermanito Ociel de entre tres y cuatro. En nuestra ausencia eran obligados a limpiar baños que otros ensuciaban (algunas veces intencionalmente).
Yo En los tiempos libres de mi jornada de trabajo aprovechaba para llamales y
saber de ellos. David hacía esfuerzos
para no preocuparme, me decía que estaban bien pero mi corazón de padre me
decía lo contrario. Nuestro regreso
siempre era de madrugada cuando ellos dormían, por la mañana se iba a la
escuela sin despertarnos y por la tarde cuando llegaba de la escuela ya nos habíamos
ido de nuevo al trabajo. Había que esperar el fin de semana para poder estar en
familia pero de los maltratos tuvieron que pasar años para que David nos lo
dijera.
Mucho se podría decir de mujeres abnegadas, luchadoras e incansables en este día de la madre. De las muchas Rizpas que no descansan hasta conseguir su propósito, sobre todo la dignidad o la reivindicación de sus hijos a toda costa. Como pastor oro para que Dios les conceda todas sus peticiones y que les sea devuelta su dignidad que de alguna manera la sociedad les ha quitado. El primero en dignificar a la mujer fue Jesucristo cuando dijo de María la hermana de Lázaro: “Esta ha escogido la mejor parte la cual no le sera quitada” (Lucas 10:42). Gracias a Dios cada día vemos que el liderazgo de la mujer recobra relevancia. En cualquier lugar se les ve administrando empresas, ejerciendo puestos públicos como alcaldesas, senadoras, gobernadoras y hasta como presidentas.
En este día de la madre oro por todas ellas comenzando por la mía. También por las Rizpas que cada fin de semana corren a enviar el money-order que sus hijos esperan ansiosamente en su lugar de origen. Muchas de ellas tienen muchísimos años de no verlos por falta de ``papeles``. Oro por las que a diario se exponen a toda clase de maltratos, humillaciones y hasta violaciones en su trayecto hacia el Norte. Oro por las que son obligadas a subir esposadas a los carros de la Patrulla Fronteriza quedando así truncado el sueño por un futuro mejor, y ahora endeudadas en su país por el dinero que prestaron para el viaje. Oro por las que quedan abandonadas y perdidas en su intento de alcanzar el sueño americano. Oro por las que en este momento están muriendo de frío, hambre y sed en el desierto. Oro por las que defienden la vida en este tiempo cuando el índice de abortos alcanza proporciones alarmantes. Oro por esos padres angustiados que sufren su ausencia. Oro por los esposos e hijos que nunca volverán a ver físicamente a sus Rizpas.
Mucho se podría decir de mujeres abnegadas, luchadoras e incansables en este día de la madre. De las muchas Rizpas que no descansan hasta conseguir su propósito, sobre todo la dignidad o la reivindicación de sus hijos a toda costa. Como pastor oro para que Dios les conceda todas sus peticiones y que les sea devuelta su dignidad que de alguna manera la sociedad les ha quitado. El primero en dignificar a la mujer fue Jesucristo cuando dijo de María la hermana de Lázaro: “Esta ha escogido la mejor parte la cual no le sera quitada” (Lucas 10:42). Gracias a Dios cada día vemos que el liderazgo de la mujer recobra relevancia. En cualquier lugar se les ve administrando empresas, ejerciendo puestos públicos como alcaldesas, senadoras, gobernadoras y hasta como presidentas.
En este día de la madre oro por todas ellas comenzando por la mía. También por las Rizpas que cada fin de semana corren a enviar el money-order que sus hijos esperan ansiosamente en su lugar de origen. Muchas de ellas tienen muchísimos años de no verlos por falta de ``papeles``. Oro por las que a diario se exponen a toda clase de maltratos, humillaciones y hasta violaciones en su trayecto hacia el Norte. Oro por las que son obligadas a subir esposadas a los carros de la Patrulla Fronteriza quedando así truncado el sueño por un futuro mejor, y ahora endeudadas en su país por el dinero que prestaron para el viaje. Oro por las que quedan abandonadas y perdidas en su intento de alcanzar el sueño americano. Oro por las que en este momento están muriendo de frío, hambre y sed en el desierto. Oro por las que defienden la vida en este tiempo cuando el índice de abortos alcanza proporciones alarmantes. Oro por esos padres angustiados que sufren su ausencia. Oro por los esposos e hijos que nunca volverán a ver físicamente a sus Rizpas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario