viernes, 10 de mayo de 2013

HOMENAJEANDO A LA MADRE

 

Fue el presidente Woodrow Wilson quien oficializó el segundo domingo de mayo como el Día de la madre en el año 1914. Como ese día en el calendario cayó en el día número 10 muchos otros países adoptaron el diez de mayo. Éste día por consiguiente se celebra en la mayoría de países mientras que en Estados Unidos es el segundo domingo.

 Para unos el día  de la madre tiene origen pagano remontándose a la antigua Grecia en honor a la madre de Júpiter, Nepturno y Pluton, para otros tiene origen comercial. El caso es que mucho antes de todo lo que pudiera decirse el reconocimiento a la madre tiene origen bíblico. El primer mandamiento con promesa dice: ``Honra a tu padre y  tu madre para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da`` (Éxodo 20:12).
El amor de madre es superado únicamente por el amor de Dios. Es la madre quien lleva en su vientre por nueve meses al hijo e hija que se sumará como un miembro más de la familia humana. Por tanto, hay suficiente razón para decir que el amor de madre es incomparable superado únicamente por el amor de Dios.
En la Biblia encontramos ejemplos de mujeres que hicieron honor al título de madre, una de ellas es Jocabed, la madre de Moisés. En el caítulo 1 del libro de éxodo se lee que cuando Faraón se sintió amenazado por el crecimiento del pueblo hebreo ordenó a las parteras dar muerte a todo hijo varón. Estas desobedecieron al rey aduciendo que las mujeres hebreas eran más robustas, que daban a luz antes que ellas llegaran. El se llenó de ira y ordenó echar al río a todo hijo varón y a las hijas preservar la vida.  
El capítulo 2 de Éxodo comienza  diciendo que Jocabed quien había sido tomada por mujer por un varón de la familia de levi,  tuvo un hijo y viendo que era hermoso lo escondió tres meses (V:2). Obviamente eso no podría durar mucho tiempo, preparó un canasto sellado con brea y lo puso en el Río Nilo. Dejó a su hermanita vigilando al niño y éste terminó en las manos de la hija de Faraón.  Providencialmente su misma madre fue contratada para cuidar de su hijo en el palacio del mismo Faraón. Ese niño es el gran Moisés de la historia bíblica, el hombre que Dios habría de preparar para ser el libertador del Pueblo de Israel. Moisés es considerado el mejor líder del mundo después de Jesucristo.
Al leer la historia de  Moisés y ver la astucia de su madre para preservarle la vida, vienen a mi mente muchas madres que sin importarles cuán grande sea la dimensión de su sacrificio en bien de sus hijos, se exponen a todo tipo de sacrificio para proteger al fruto de sus entrañas. También hay madres que abortan a sus hijos sin el menor respeto por la vida con el aval de los mismos gobiernos trayendo consecuencias que no pueden ser ignoradas por Dios, el autor de la vida. 
 

Un fenómeno que no puede pasar desapercibido en el día de la madre es el de la madre inmigrante. Esa que deja su país, a su esposo e hijos para cruzar fronteras exponiéndose a toda clase de peligros e incluso la muerte en busca de un mejor futuro para su familia. En su afán de llegar a un país que ofrece mejores oportunidades particularmente Estados Unidos termina siendo encarcelada y deportada a su país en donde embargó sus pocos vienes para el viaje y ahora sin posibilidades de recuperarlos. O la madre que ya estando en el norte es deportada, separada de su esposo y sus hijos nacidos en este país.

En lo personal, tengo el privilegio hasta este día de tener a mi madre de 87 años todavía en este mundo. Si bien no disfruté su cercanía por mucho tiempo, salí de mi casa cuando cumplí 18 años, sigue siendo para mí la mejor madre del mundo, está en mis oraciones todos los días y sus consejos son el mayor tesoro de su sabiduría. También he visto o me he enterado en más de una ocasión de hijos que se avergüenzan de sus padres, en las películas o telenovelas se ve constantemente, sin bien muchas veces se trata de historias ficticias, son el vivo reflejo de hechos de la vida real.
En este día aprovecho para rendir homenaje a todas las madres, especialmente a la madre inmigrante que sufre la ausencia por haber sido separada de sus hijos, a todas ellas les dedico el clásico texto bíblico: ``Muchas mujeres hicieron el bien; más tú sobrepasa a todas`` (Ploverbios 31: 29).  Con mucha gratitud  a la madre de mis hijos  Olga Marina que es la mujer que Dios me dio por esposa. A mi hija Lizeth, a mi madre Rosa de Monroy, a mis hermanas Isabel Monroy de Solis, Blanca Rosa Monroy de Leon, Leticia Monroy de Roman y por consiguiente a todas las madres que sin ellas no fuera posible la existencia humana.  

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