sábado, 10 de septiembre de 2011

A DIEZ AÑOS DEL 9-11

``Una década después, una nueva generación ha dado un paso al frente para servir y mantenernos a salvo. En su memoria, en su nombre nunca vacilaremos`` Eso dijo el presidente de Estados Unidos Barack Obama al referirse a todos quienes perdieron la vida en los ataques terroristas del once de Septiembre en la víspera de cumplirse el décimo aniversario.

Hablar del once de septiembre es hablar del ataque terrorista más devastador que jamás se había registrado en la historia de este país y que cambió no sólo la vida de los estadounidenses sino de todo el mundo.

Ya lo dije el año pasado cuando escribí en este mismo espacio bajo el título: ``Reflexionando sobre el 9-11 y a partir de entonces``, que por azares del destino tuve que enterarme de lo sucedido en el aeropuerto La Aurora de Guatemala; estaba a punto de abordar el avión con destino a Los Ángeles a donde había viajado para celebrar los 75 años de mi madre. De inmediato se apagaron las luces, reinó un ambiente de zozobra y total hermetismo, la gente se preguntaba, nos mirábamos unos a otros cuando uno de los empleados de la línea aeria informaba de lo sucedido. Los vuelos se cancelaban hasta nueva orden y eso hizo que involuntariamente me quedara en Guatemala por una semana más.

Es un hecho que el 9-11 cambió por completo el ritmo de vida para todos. Pero realmente quienes pagaron más las consecuencias fueron los indocumentados porque todas las perspectivas sobre una reforma migratoria se esfumaron, la ultraderecha republicana no vaciló en hablar de muros en la frontera, la represión aumentó en todos los aspectos. Redadas masivas, leyes represivas que muchas de ellas están enfrascadas en las cortes, las deportaciones masivas han sobrepasado los límites. Se ha esteriotipado a los indocumentados hasta de terroristas cuando está comprobado que quienes derribaron las torres gemelas y estrellaron un avión en el pentágono no eran ni hispanos ni indocumentados.

Nunca he justificado a mi gente porque sé que algunos de los nuestros han manchado nuestra imagen latina abusando del sistema como sucede con cualquier otro grupo étnico, pero eso es la excepción y no la regla. Siempre he dicho también que Estados Unidos es un país de leyes que está en todo su derecho de hacerlas cumplir, pero si se quiere ser honesto, aparte de que este es un país de inmigrantes, los estudios han demostrado que nuestra aportación es mucho más, que mucho del éxito de esta nación se debe a los inmigrantes y porque no decir a los indocumentados.

En estos diez años se ha visto como la economía del otrora para unos y todavia para otros país más poderoso del mundo se ha visto totalmente en ruinas. Se ha tenido que invertir en seguridad como nunca antes, la guerra en Irack ha costado no sólo millones y millones de dólares sino que la pérdida de nuestros soldados ha sido también devastadora.

El terrorismo y el narcotráfico hace de las suyas sin que haya gobierno alguno capaz de detenerlo o contrarrestarlo. El año pasado comenté sobre la masacre de 72 indocumentados en Tamaulipas, México porque ante la serie de medidas en la frontera los indocumentados tienen que exponerse más aún al peligro de caer en manos de grupos de delincuentes.
Recientemente murieron 50 personas en el ataque a un casino de Monte Rey, México. En Guatemala meses atrás murió el cantautor argentino Facundo Cabral equivocadamente porque el ataque iba dirigido al empresario que lo había contratado, todo vinculado al narcotráfico que a juzgar por los hechos sus acciones tienen características de terrorismo. Cito estos dos casos como un ejemplo solamente.

Con la muerte de Osama Bin Laden el gobierno de Obama se anotó un diez aunque también hubo algunos cuestionamientos sobre la manera en que sucedió. De alguna manera las medidas extremas de seguridad a que estamos sometidos al viajar o simplemente al entrar a un hospital o a una oficina de gobierno por ejemplo, es incomoda y en algunos casos hasta denigrante.

Hablando de economía el presidente Obama consiente del nivel muy bajo de popularidad que atraviesa ha presentado una atractiva creación de empleos a través del sector privado e inversión gubernamental.

De inmigración el mandatario tuvo que ceder a las presiones de defensores del los indocumentados parando las deportaciones de todos aquellos que no tengan record criminal. Ahora podrán aspirar a un permiso de trabajo y quienes tengan familiares inmediatos residentes y ciudadanos también serán beneficiados. Obviamente esto no es una legalización pero al menos es alentador, en el último debate republicano si bien se dejó sentir aún el lenguaje xenofóbico contra la inmigración, también se dejó sentir en uno que otro de los participantes un tono más moderado.

Al cumplirse diez años del trágico acontecimiento del 11 de septiembre nuestras oraciones son a favor de todos quienes vieron salir a sus seres queridos sin que pudieran regresar a casa. A todos aquellos que han sufrido la muerte de jóvenes soldados que todo lo que hacían era cumplir con su deber defendiendo los intereses de Estados Unidos del otro lado del mundo. Jamás olvidaré cuando ocasionalmente tuve que presenciar el que dos oficiales del ejército llevaran la noticia a un matrimonio amigo que su hijo había muerto en la guerra en Irack. Los llantos desgarradores de aquella madre y los gritos escalofriantes del padre que dicho sea de paso, esa mañana todavía habían hablado con él, siguen vibrando en mi mente.

Todos anhelamos un país más seguro que pueda ofrecer a sus ciudadanos como a sus inmigrantes y visitantes una vida más digna. Nuestras oraciones son también en favor de nuestros gobernantes independientemente de la ideología que practiquen o de la fe que profesen porque a eso nos manda Dios en su palabra.

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