Mucho se dice de la terrible odisea que a diario sufren los indocumentados centroamericanos a su paso por territorio mexicano cuya meta en la gran mayoría de los casos, es pisar tierra estadounidense con el fin de mejorar su situación económica.
A aparte de pagar altas sumas de dinero a los traficantes de personas más conocidos popularmente como ``coyotes`` se exponen a ser abandonados a su suerte en el camino. A morir deshidratados a causa de las altas temperaturas en verano y congelados por el frío en invierno y muchas mujeres son violadas; ahora terminan siendo secuestrados por el crimen organizado para ser extorsionados. Lo más triste, obligados a engrosar las filas de estos grupos que están cada día sembrando el terror principalmente en México y Guatemala.
Muchas veces he visto en la televisión el esfuerzo por cruzar el Río Suchiate que divide Guatemala y México, algunos colgados de cuerdas de un lado al otro o en neumáticos para luego ser atrapados por la migración mexicana en donde ya tienen que comenzar a pagar las famosas mordidas que no es nada extraño en los países latinoamericanos.
También es común ver como ya en territorio mexicano cruzan de un estado a otro colgados de vagones de trenes de carga en que muchos encuentran la muerte o terminan amputados sin haber podido realizar su anhelo de alcanzar el codiciado sueño americano.
Por mucho tiempo el reclamo de las organizaciones pro-inmigrantes y de la gran mayoría de hispanos en Estados Unidos ha sido el que México se la pasa demandando del gobierno norteamericano un mejor trato para sus connacionales. Sin embargo, el gobierno de turno de ese país muy poco o más bien dicho, nada hace por aliviar el drama de los miles y miles que año tras año cruzan también por su territorio.
El caso más espeluznante fue la masacre de más de setenta personas en Tamaulipas, un hecho que conmovió a la opinión pública internacional, entre ellos muchos del Salvador, Guatemala y otros países. La opinión generalizada es que estos grupos que operan si bien al margen de la ley, lo hacen en contubernio con miembros del gobierno porque de otra manera nunca podrían movilizarse y realizar sus fechorías tan descaradamente.
Después del caso de Tamaulipas se ha visto un mayor esfuerzo entre los gobiernos de México y Centro América por unir esfuerzos al respecto. Leía en el Diario la Opinión de Los Ángeles el titular ``Suman fuerzas contra el crimen``. Se trata de la visita que hizo el presidente de Guatemala Álvaro Colom a su homólogo mexicano Felipe Calderón en donde ambos gobiernos buscan una ``Integración regional`` para combatir el crimen organizado que opera a ambos lados de la frontera. ``Estos comparten una de las más agudas crisis de migración frente al secuestro, asesinato y violaciones de derechos humanos de sus ciudadanos`` dice en uno de sus párrafos.
Ambos gobiernos reconocen avances en lo dicho y reconocen la urgencia de unirse en un bloque regional. ``Si nos unimos, esa lucha no va a ser tan desigual`` dijo el presidente guatemalteco. Por su parte el presidente Calderón dijo: ``las condiciones en las que se da actualmente la migración en nuestra región pone a las personas en riesgo, las exponen a ambientes de violencia y abuso por parte de criminales que nos preocupan e indignan y que debemos erradicar. Los criminales cruzan las fronteras, ellos no tienen pasaporte, solo tienen el arma, la violencia y la capacidad de persecución. Les estamos dando duro, hemos capturado una cantidad bárbara, pero aún se queda corta, es una lucha muy desigual ``, subrayó Calderón.
Se refirió también a que el Senado mexicano recién aprobó una ley de migración, no-obstante no habló de la posible extensión de visas de transito que es una de las demandas de las organizaciones de derechos humanos como solución al problema, regularmente México ha extendido visas únicamente al Distrito Federal.
Precisamente, en este mismo momento viaja hacia México una caravana con cientos de inmigrantes procedentes de Honduras, el Salvador y Guatemala con la esperanza de encontrar a sus familiares que han desaparecido en territorio mexicano en su paso rumbo a Estados Unidos; según encuestas la mitad de los 32 estados mexicanos representan un serio peligro para ellos. Al parecer el objetivo de esta caravana es entrevistarse con el relator de especial de asuntos migratorios de la Organización de Estados Americanos (OEA) Felipe Gonzales quien estará en México esta semana.
Por su parte Elizabet Enríquez, directora ejecutiva de la Mesa nacional del Migrante dijo que le estarán presentando casos muy bien documentados. Esto desde luego para que el relator conozca la información proporcionada por los mismos familiares de los desaparecidos que en dicha caravana utilizan los mismos caminos que suelen usar los indocumentados. ``Las autoridades de la OEA sólo se reúnen con funcionarios; queremos que vean el otro lado`` dijo la activista.
En mi opinión, mientras las condiciones de desigualdad en nuestros países continúe, la gente seguirá viniendo hacia el norte a pesar de lo difícil que cada día se torna la situación en Estados Unidos. Es urgente entonces que los gobiernos a quienes corresponde luchen porque el drama de los centroamericanos sea menos difícil a su paso por México. Deben unirse en un frente común.
jueves, 28 de julio de 2011
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