Recientemente en nuestra congregación tuvimos nuevamente el privilegio de festejar a los jóvenes, un servicio especial que se viene celebrando desde hace unos quince años gracias a nuestro recordado David Monroy.
Un día hacíamos los preparativos para el día de la madre y con su típica sonrisa, se acerca y me pregunta: ``papá,yo miro que celebran el día de la madre, del padre, de la familia pastoral y tantas cosas más. ¿Por qué no celebran también el día del joven?``
Aquellas palabras dichas por un muchacho aún adolescente me llegaron a lo más profundo, de hecho David era un muchacho visionario, prudente, respetuoso etc. No quiero ahondar más en ello para no desmeritar mis dos libros escritos tras su inesperada y trágica muerte que impactaron en su momento y siguen quebrantando corazones especialmente EL DAVID QUE DIOS SE LLEVÓ. El siguiente domingo reuní a la iglesia con excepción de los jóvenes y en pocos días se celebraba por primera vez El Día de la Juventud en la iglesia local.
En esta ocasión el pastor Mario Salamanca compañero del programa doctoral en el Seminario Fuller fue el predicador y dijo tantas cosas alentadoras para nuestros jóvenes, pero hubo una que me impacto: ``Los sociólogos llaman a los jóvenes nacidos en el evangelio la generación perdida porque conocen la forma pero no la substancia``. Dijo también que la juventud actual vive del presente y aunque no lo dijo literalmente lo insinuó que no miden las consecuencias de sus decisiones, no valoran el consejo de sus padres porque si en la mayoría no conocen la substancia solo la forma, desde luego no valoran los principios bíblicos.
David no vivía sólo del presente, a sus veinticuatro años estaba a meses de terminar una Maestría en Administración. Estaba muy envuelto en el ministerio juvenil y la alabanza, de hecho tres días antes de su muerte había llegado con los jóvenes de un campamento.
Pero hablando de honrar a padre y madre, como si hubiera sabido que una semana después ya no estaría en este mundo, me mostró cuanto se preocupaba por sus padres. Yo estaba por llegar a los cincuenta años y me dijo: ``papa, ustedes ya están grandes, yo tengo una vida por delante pero me preocupa que será cuando ya no puedas pastorear``. Voy a comenzar a buscar información sobre seguros de vida, lamentablemente días más tarde desaparecía de nuestra vida y eso ya nunca se realizó.
A su muerte no dejaba deudas, sus cuentas quedaban al día y aún recibí unos cuantos cientos de dólares de su cuenta de ahorros. Ahora que aún está fresco el día de nuestra juventud, yo exhorto a nuestros jóvenes a darle prioridad en todo al reino de Dios y su justicia, a honrar y obedecer a sus padres y de esa manera podrán tener una vida próspera.
En mi caso pude haber hecho muchas cosas pero aun sin conocer la Palabra de Dios me preocupaba la paz y tranquilidad de mis padres. Nunca olvido el consejo y la advertencia de mi padre cuando cumplí la mayoría de edad: ``Aunque tengas más bigote y barba que yo, siempre seré tu papá. `` Ya lo dice la Biblia: `` Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da (Éxodo 20:4).
viernes, 17 de junio de 2011
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