viernes, 11 de marzo de 2011

LA URGENCIA DE PABLO SOBRE LA NECESIDAD DE HACER MISIÓN

LA URGENCIA DE PABLO SOBRE LA NECESIDAD DE HACER MISIÓN

¿Dónde está el amor de Dios? ¿Por qué dice usted que Dios me ama? ¿Si Dios me ama por qué permite que me ocurra esta desgracia? Así respondía una ex acaudalada y culta mujer en La China a una misionera que se empeñaba en ganarla para Cristo.

No era para menos. Con la invasión del comunismo en aquel país oriental había quedado totalmente en la ruina, le habían matado a su esposo, a sus hijos, destruido sus propiedades, todo su capital había desaparecido y ahora lejos de dormir en recámaras sumamente confortables, lo hacía a la intemperie sobre dos tablas llenas de polilla en una casa abandonada e inservible sin ni siquiera tener los medios para comerse un plato de arroz. La misionera escuchaba mientras aquella pobre mujer relataba todo cuanto había sido su vida de riquezas, lujos y comodidades y como después de haber tenido toda una vida realizada ahora se encontraba sumida en su desgracia.

Conforme a sus escasas posibilidades la misionera trató ayudarla supliéndole las necesidades más básicas y manifestándole el verdadero amor cristiano hasta creer conveniente poder presentarle el plan de salvación. Poco tiempo después aquella desdichada mujer se convertía al evangelio, su tristeza se convertía en gozo, ya no hablaba de desgracia sino de felicidad a pesar de no tener el dinero y la opulencia de antes, ahora se consideraba una mujer más que dichosa. Un día dijo ante muchas personas que sino hubiera sido por esta calamidad jamás hubiera conocido el gran amor de Jesucristo, tuviera bienes materiales sin conocer la verdadera felicidad, todo consistió el oír.

Pablo conociendo la dureza de Israel y la necesidad de oír el mensaje de salvación en Romanos 10:12 descarta toda diferencia entre judíos y gentiles para luego afirmar que la salvación no se limita a Israel ni a ningún pueblo en particular, en el verso 13 afirma que toda persona que invoque el nombre del Señor Jesús será salvo.

Con la proclamación de este verso el apóstol prepara el terreno para cuatro preguntas que son un claro desafío a tomar conciencia sobre la urgencia de predicar el evangelio. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en el cual no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? (V: 14,15).

La demanda del apóstol es determinante sobre la invocación que Israel aún no hace de que los hombres sean persuadidos ya que nadie podrá creer en quien no tienen conocimiento; lo mismo que dijera Juan Wesley muchos siglos más tarde en referencia a la iglesia: `` No temo que la iglesia deje de existir, lo que si temo es que siga existiendo como algo frío y sin vida espiritual``.

A pesar del trato de Dios hacia ellos, de conocer la profecía, no podían invocar a quien no habían creído. La responsabilidad no es de Dios, es de ellos, son el pueblo elegido que se resiste a creer a pesar de todas la evidencias. Lucas lo expresa mejor: `` Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seáis para salvación hasta lo último de la tierra`` (Hechos 13: 46,47).

Luego para poder creer se necesita oír. El caso de la señora en la China, ella necesitaba oír porque de otra manera se hubiera consumido en su miseria mientras más se resistía. De no atender el llamado de Dios por medio de la misionera toda la responsabilidad hubiera recaído en ella como es el caso de tantos hombres y mujeres que mueren a diario sin la más mínima esperanza de salvación. Son muchos los predicadores que van por el mundo llevando el mensaje de salvación y vida eterna y todos aquellos que oyen, son persuadidos y convertidos ya disfrutan no sólo de la seguridad de entrar en el cielo sino de vivir una vida plena y realizada por medio de una relación auténtica con Jesús.

La prerrogativa de enviar es absoluta de Dios. Me encanta el himno Embajador que en sus dos primeras estrofas dice:

//Embajador que a Cristo representas

En esta tierra de pecado y de maldad

Es tu deber trabajar hasta que él venga

El de llevar la palabra de verdad//

//Embajador fiel y no esta tierra

Sino de aquella hermosa patria celestial

Cumple fielmente que al final de tu jornada

La bienvenida Jesucristo de dará//

``Embajador`` en este contexto lo define el diccionario como alguien que representa al estado y gobierno que le envía, es un mensajero o un emisario. Pablo identifica a los creyentes como embajadores en nombre de Cristo (2 Corintios 5:20). Es el Señor quien envía porque todo aquel que se envía por su cuenta irá de seguro al fracaso. El mismo Señor Jesús en todo momento se identificó como enviado por el Padre: ``Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió`` (Juan 7:16).

Embajador es un representante plenipotenciario del país y gobierno que representa. Los creyentes redimidos somos representantes del Rey de Reyes y Señor de señores con poderes especiales para luchar contra las fuerzas del mal y liberar las almas de las tinieblas a la luz, de igual manera que nosotros también fuimos liberados, en eso consiste nuestra mayor responsabilidad como iglesia. Es obvio que para Pablo la predicación del evangelio era determinante por lo que apelaba a la responsabilidad de todo hijo de Dios y expresaba sus razones: ``Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego`` (Romanos 1:16).

Termina el gran apóstol de los gentiles esta proclamación en la segunda parte del verso 15 con una expresión de júbilo: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian las buenas nuevas! Ya el salmista había dicho: ``Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo trayendo sus gavillas`` (Salmo 126:6).

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