sábado, 20 de diciembre de 2014

LA VIRGEN MARIA, LA VISITA CELESTIAL Y SUS IMPLICACIONES


Ningún otro acontecimiento de los muchos que registra la historia se compara con el nacimiento del Salvador del Mundo, Jesucristo el Hijo de Dios. Es el acontecimiento que cambió la historia, guste o no a partir de entonces se dice antes o después de Cristo. Hace muchos años cuando yo recibía la clase de Filosofía en la Universidad de mi país, el profesor constantemente decía “el año tanto de nuestra era o el año tanto de la era pasada”. Un día le pregunté ¿que quería decir con eso? Por unos instantes vaciló en responder y cuando finalmente lo hizo me dijo: “antes o después de Jesucristo”. Desde siempre Satanás se ha valido de todos los medios para tratar de opacar o desaparecer de la mente humana el glorioso nombre del Hijo de Dios.
El evangelista Lucas es quien se refiere más ampliamente al nacimiento de Cristo en el Capítulo 1 de los versículos 26-38. José y María estaban comprometidos en matrimonio, lo que deacuerdo a la ley judía se conocía como “el desposorio” que tenía todas las características legales de un matrimonio. Por lo regurlar la novia ya desposada (casada civilmente) se quedaba en casa mientras se hacian los preparativos para la ceremonia nupcial, no obstante, el novio la consideraba su esposa y estaba en libertad de llevarla a su casa para vivir ya como marido y mujer. Al igual que hoy la ceremonia religiosa costituía la bendición del matrimonio civil como lo creen la mayoría de las congregaciones evangélicas.
La visita del ángel Gabriel a quien en la Biblia se le conoce como el “mensajero de Dios” tiene relación directa con el nacimiento de Juan el Bautista. Éste es el hijo del profeta Zacarías y Elizabeth que al parecer tenía un parentezco muy cercano con María. El mismo ángel se le había aparecido a Zacarías, de seguro mientras hacía sacrificios en el templo para anunciarle el nacimiento de Juan por medio de su esposa Elizabeth que al parecer era estéril (Capítulo 1:8-20). Ahora el ángel le dice que su oración ha sido contestada, tanto Zacarías como Elizabeth ya eran de edad avanzada.
Por su parte, María era una joven judía que al igual que otras señoritas se cuidaban piadosamente para Dios.  La profecía decía que el Mesías Redentor nacería de una virgen por lo que las jóvenes como ella vivían a la espectativa de quien podría tener la dicha de ser la madre del Salvador del mundo. Como cualquier otra de seguro se dedicaba a sus labores domésticas cuando se presenta frente a ella un personaje fuera de lo común con las palabras “¡Salve muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres” (V: 28). La traducción de María es “Miriam” que significa “exaltada”.  En los versículos siguientes el ángel le explica la razón de su visita. Ha hallado gracia en los ojos de Dios, concebirá en su vientre nada menos que al Hijo de Dios quien sera llamado Hijo del Altísimo (V:32).
La reacción de María no se hizo esperar. “¿Cómo podrá ser esto?” pues no conozco varón.” La respuesta del ángel fue que el ser que vendría sería por obra y gracia del Espíritu Santo. Le dice que también Elizabeth su parienta tendría un hijo, que ya estaba en el sexto mes, a pesar de su vejéz porque nada hay imposible para Dios (V: 34-37). Con respecto al nacimiento del Mesías prometido ya se había anticipado que su reino sería eterno (Salmo 45:6; Daniel 7:27), una referencia a a la exaltación, eminencia y autoridad de Cristo (Hebreos 1:8). Maria como todo hija de Dios responde obedientemente: “He aquí la sierva del Señor, hágase conforme a tu palabra” (V: 38). En lo conscerniente a Juan que también su nacimiento sería un hecho milagroso ante la esterlidad de Elizabeth, su existencia sería relevante como el precursor, que habría de preparar el camino para el advenimiento del “Cordero de Dios” como más tarde lo presentaría en el Rio Jordán antes de bautizarlo. Más adelante María dice: “Engrandece mi alma al Señor; y me espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (V:46). Con esto María déjà en claro que ella también al igual que todos los mortales necesitó de la salvación como todo pecador.
Al hablar de la obediencia de María, cabe resaltar que al salir embarazada sin antes conocer varón se exponía a la verguenza, el repudio y hasta la muerte apedreada por considerarse un acto de adulterio. Sin embargo, dice: “hágase conforme a tu palabra”. Dios que tiene el control de todas las cosas también no puede ignorar a José quien secretamente pensaba dejarla, el ángel también le dijo que lo que en ella había engendrado era obra del Espíritu Santo (Mateo 1:20). En el momento preciso nació el niño en el pesebre de Belen, Herodes celoso del surgimiento de otro rey ordena matar a todo los niños. El ángel pone en sobre aviso a José quien emigra con María y el niño a Egipto para poner a salvo su vida (Mateo 2:13). Ahora el propio Hijo de Dios se convertía en inmigrante como mucjos hoy día y a traves de la historia.  
Con el nacimiento de Cristo se cumplía lo que el pueblo de Israel tanto había esperado. Dios para manifestar su garandeza, su poder infinito y su amor por el hombre hace cosas díficiles de entender a la mente humana. Él puede usar nuestras vidas con cosas fuera de lo común con tal de llevar el mensaje de salvación a los pecadores, todo depende de que tan comprometidos estemos con nuestra fe. La devoción a él debe de estar por encima de nuestra reputación, a María no le importaba ya su inminente divorcio y ser expuesta a la verguenza pública. Sin embargo, Dios no averguenza a sus hijos, mientras Satanás (el ladrón) mata roba y destruye, Cristo da vida y vida en abundancia (Juan 10:10). Ya el ángel le había dicho “Bendita entre las mujeres”.  
Desafortunadamente, la navidad cada año pierde sentido. Cada vez está siendo más comercializada. Al igual que el mesonero de Belén, los hombres están más ocupados en lo material que lo espiritual. La pobreza cada vez se incrementa más aún países desarrollados como Estados Unidos en donde al pie de los rascacielos, prestigiosas calles y hasta oficinas de govierno ya es imposible caminar libremente. Todo por el inmenso temor de atropellar a desamparados durmiendo a toda hora y otros donde les entra la noche, más aún en épocas frías como ésta que también nos recuerda la primera navidad en Belén.  
La Navidad es una época para reflexionar sobre la imensidad del amor de Dios. Cuanto   más solidario se sea con el necesitado se está contribuyendo a dignificar al ser humano. Más cuando con el inmigrante que déja su lugar de origen en busca de mejores oportunidades o para salvaguardar su vida. Muchos de ellos se exponen a serios peligros y hasta mueren en su odisea de alcanzar sus sueños de una vida mejor. Inmigrantes los hay en todo el mundo. No solo a países desarrollados como Estados Unidos y Canadá en el norte de América. En Europa países como España, Inglaterra, Alemania y Polonia dependen mucho de la inmigración para fortalecer sus economías. Aún países subdesarrollados en América latina son receptores de inmigrantes porque la necesidad de sobrevivencia supera todas las barreras.
Por tanto, solamente mediante un real encuentro con el Cristo Redentor los hombres podrán entender el significado de la verdadera navidad. Cuando aprendamos darle el primer lugar a Dios en todo y a compartir su amor con los más necesitados.  Cuando se entienda el gran amor de Dios que envió a su Hijo al mundo para que todos los que en él crean tengan vida eterna (Juan 3:16). Cuando dice “al mundo” ahí incluye, naciones, pueblos, razas y lenguas sin ninguna distinción.

¡Que la bendición del niño Jesús sea sobre todos y en todos en esta navidad….!

 

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