viernes, 12 de abril de 2013

LA LEGALIZACION DE ONCE MILLONES DE INDOCUMENTADOS ES INMINENTE


Entre 30 y 40,000 personas se reunieron el miércoles 10 de abril en Washington,  la capital del país, frente al Capitolio y la Casa Blanca para presionar por la aprobación de la tan esperada reforma migratoria  con miras a sacar de las sombras a unos once millones de indocumentados.  
Al grito de ``No somos uno, no somos 100, somos millones, cuéntanos bien``  la multitud procedente de todo el país vistiendo camisetas blancas y portando banderas de Estados Unidos decían `` No somos criminales, queremos una reforma ahora``.  Mientras tanto,  adentro del capitolio,  ocho senadores llamado ``el Grupo de los Ocho`` daban los últimos toques a la propuesta que será presentada en este mes de Abril para ser discutida en el Senado.
La reforma migratoria es una de las principales prioridades del presidente Barack Obama en su segundo mandato, ante su incumplimiento del primero, cuando ofreció proponerla  ante el congreso en los primeros cien días de su gobierno.  Las cosas cambiaron a partir de las elecciones de noviembre en que el partido republicano tuvo que abrir los ojos, cambiar su estrategia ante- inmigrante. No es para menos, el 70 % del voto hispano fue crucial en el triunfo de los demócratas encabezados por el presidente.
A partir de noviembre 2012 está cambiando hasta el lenguaje despectivo hacia los inmigrantes. Recientemente leí que la Prensa Asociada ya no utilizará el término ``ilegales`` sino ``indocumentados``  y a los jóvenes soñadores ``Dreamers`` de la Acción Diferida aprobada por Obama en el 2012, les llamará ``inmigrantes temporales``.
El Grupo de los Ocho es quien está a cargo de presentar la propuesta de reforma, se ha venido reuniendo desde hace tres meses. Está formando por cuatro demócratas y cuatro republicanos que han tenido que acelerar su trabajo ante la presión del presidente quien dijo que si ellos no lo hacen, el mismo haría su propia propuesta.
Lo último que se sabe es que se piensa legalizar a quienes comprueben estar en el país hasta el 31 de diciembre 2011. Eso indica que quienes entraron en el 2012 y 2013 en adelante quedarían fuera.  Eso desde luego no suena muy halagador,  ``nos gustaría que se incluya hasta el que está entrando en el momento de ser aprobada `` me decía un activista de una de las organizaciones pro-inmigrantes más reconocidas. Claro eso sería lo mejor pero difícilmente se consiga. En la amnistía del 86 se legalizó a quienes habían entrado antes del 31 de diciembre del 82, o sea que fue mucha más la gente que quedó afuera a diferencia de ahora,  no-obstante el país recibía la mayor cantidad de inmigrantes a causa de las guerras centroamericanas.  Sin embargo, muchos de ellos fueron favorecidos por asilo político, la ley Nacara o el TPS o el programa para trabajadores del campo.
Para el alcalde de Los Ángeles Antonio Villaraigosa, este el momento de aprobar la reforma.  Nunca antes se había reforzado la frontera como exigen los republicanos, ``Hay más agentes fronterizos que policías en la ciudad de Los Ángeles. Creo que hay un alto enfoque en la seguridad en la frontera en un momento en que ésta está más segura que hace 50 años`` manifestó.  Con respecto al perfil racial agregó: `` Parte de la retórica sobre inmigración tiene implicaciones raciales, seamos claros: ellos no hablan de los indocumentados canadienses, polacos, italianos, todo se centra en nosotros``.
Como quiera que sea, estamos ante una reforma migratoria inminente. Tuvieron que pasar 27 años para que se viera algo similar desde la amnistía de Reagan en 1986.  El gobierno de Obama se ha caracterizado por deportar a más indocumentados que ningún  otro, según estadísticas unos 400,000 por año.  Hace un par de semanas hablaba con el  manager de una tienda Home Depot,  se lamentaba del mal estado de la economía estadounidense, ``todo se debe`` me decía,  a los millones de gente que han sacado. ``Esta gente comparaba e invertía ``  decía en un tono decepcionante.  Volviendo al alcalde Villaraigosa, con la reforma el país recibirá $1.5 billones, una acción que a su criterio equivale a materializar las libertades civiles que enarbola este país.
Como iglesia y particularmente como ministros del evangelio, la reforma migratoria ha sido prioritaria en nuestras oraciones, sermones, charlas y cada vez que la oportunidad se presenta. Yo también quisiera que no quedase ni un solo indocumentado pero también soy realista, no siempre se consigue todo lo que se desea,  pero de una cosa estoy seguro: Dios conoce las causas porque venimos a Estados Unidos, indocumentados siempre los habrá pero Dios es nuestro refugio, amparo y fortaleza porque ``de Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en el habitan`` Salmo 24:1.

 

 

 

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