Entre 30 y
40,000 personas se reunieron el miércoles 10 de abril en Washington, la capital del país, frente al Capitolio y la
Casa Blanca para presionar por la aprobación de la tan esperada reforma
migratoria con miras a sacar de las
sombras a unos once millones de indocumentados.
Al grito de ``No
somos uno, no somos 100, somos millones, cuéntanos bien`` la multitud procedente de todo el país
vistiendo camisetas blancas y portando banderas de Estados Unidos decían `` No
somos criminales, queremos una reforma ahora``.
Mientras tanto, adentro del
capitolio, ocho senadores llamado ``el
Grupo de los Ocho`` daban los últimos toques a la propuesta que será presentada
en este mes de Abril para ser discutida en el Senado.
La reforma
migratoria es una de las principales prioridades del presidente Barack Obama en
su segundo mandato, ante su incumplimiento del primero, cuando ofreció proponerla
ante el congreso en los primeros cien
días de su gobierno. Las cosas cambiaron
a partir de las elecciones de noviembre en que el partido republicano tuvo que abrir
los ojos, cambiar su estrategia ante- inmigrante. No es para menos, el 70 % del
voto hispano fue crucial en el triunfo de los demócratas encabezados por el
presidente.
A partir de
noviembre 2012 está cambiando hasta el lenguaje despectivo hacia los
inmigrantes. Recientemente leí que la Prensa Asociada ya no utilizará el
término ``ilegales`` sino ``indocumentados``
y a los jóvenes soñadores ``Dreamers`` de la Acción Diferida aprobada
por Obama en el 2012, les llamará ``inmigrantes temporales``.
El Grupo de los
Ocho es quien está a cargo de presentar la propuesta de reforma, se ha venido
reuniendo desde hace tres meses. Está formando por cuatro demócratas y cuatro
republicanos que han tenido que acelerar su trabajo ante la presión del
presidente quien dijo que si ellos no lo hacen, el mismo haría su propia
propuesta.
Lo último que se
sabe es que se piensa legalizar a quienes comprueben estar en el país hasta el
31 de diciembre 2011. Eso indica que quienes entraron en el 2012 y 2013 en
adelante quedarían fuera. Eso desde
luego no suena muy halagador, ``nos
gustaría que se incluya hasta el que está entrando en el momento de ser
aprobada `` me decía un activista de una de las organizaciones pro-inmigrantes
más reconocidas. Claro eso sería lo mejor pero difícilmente se consiga. En la
amnistía del 86 se legalizó a quienes habían entrado antes del 31 de diciembre
del 82, o sea que fue mucha más la gente que quedó afuera a diferencia de ahora, no-obstante el país recibía la mayor cantidad
de inmigrantes a causa de las guerras centroamericanas. Sin embargo, muchos de ellos fueron favorecidos
por asilo político, la ley Nacara o el TPS o el programa para trabajadores del campo.
Para el alcalde
de Los Ángeles Antonio Villaraigosa, este el momento de aprobar la
reforma. Nunca antes se había reforzado
la frontera como exigen los republicanos, ``Hay más agentes fronterizos que
policías en la ciudad de Los Ángeles. Creo que hay un alto enfoque en la
seguridad en la frontera en un momento en que ésta está más segura que hace 50
años`` manifestó. Con respecto al perfil
racial agregó: `` Parte de la retórica sobre inmigración tiene implicaciones
raciales, seamos claros: ellos no hablan de los indocumentados canadienses,
polacos, italianos, todo se centra en nosotros``.
Como quiera que
sea, estamos ante una reforma migratoria inminente. Tuvieron que pasar 27 años
para que se viera algo similar desde la amnistía de Reagan en 1986. El gobierno de Obama se ha caracterizado por
deportar a más indocumentados que ningún
otro, según estadísticas unos 400,000 por año. Hace un par de semanas hablaba con el manager de una tienda Home Depot, se lamentaba del mal estado de la economía estadounidense,
``todo se debe`` me decía, a los
millones de gente que han sacado. ``Esta gente comparaba e invertía `` decía en un tono decepcionante. Volviendo al alcalde Villaraigosa, con la
reforma el país recibirá $1.5 billones, una acción que a su criterio equivale a
materializar las libertades civiles que enarbola este país.
Como iglesia y
particularmente como ministros del evangelio, la reforma migratoria ha sido
prioritaria en nuestras oraciones, sermones, charlas y cada vez que la
oportunidad se presenta. Yo también quisiera que no quedase ni un solo indocumentado
pero también soy realista, no siempre se consigue todo lo que se desea, pero de una cosa estoy seguro: Dios conoce las
causas porque venimos a Estados Unidos, indocumentados siempre los habrá pero Dios
es nuestro refugio, amparo y fortaleza porque ``de Jehová es la tierra y su
plenitud, el mundo y los que en el habitan`` Salmo 24:1.
No hay comentarios:
Publicar un comentario