Recientemente al igual que muchos
usuarios de las redes sociales y televidentes fui conmovido al ver un video que
fue publicado primero en Youtube, luego visto en televisión y compartido en las
redes. Se trata de un niño de entre tres y cuatro años aproximadamente
a quien le hacían un tatuaje en su brazo mientras era sujetado por una mujer
que al parecer es su madre. Ante los fuertes llantos del pequeño a causa del
fuerte dolor, el mismo individuo a quien nos sé si llamarle ``artista`` trataba
de calmarlo como si se tratara de una
inyección o vacuna que el doctor le
estuviera aplicando. Desafortunadamente ni los llantos y súplicas del infante
eran atendidos por los ``desnaturalizados`` porque no merecen otro calificativo.
Inmediatamente
de ser visto el video abundaron los comentarios en las redes sociales
censurando la crueldad a que el niño estaba siendo sometido. ``Aún en el caso de que él lo hubiera pedido
desconociendo el dolor que le causaría, por su edad no tiene capacidad de
decidir, lo más correcto es no
permitirlo hasta que tenga uso de razón`` era básicamente la opinión de la
mayoría.
No
hace mucho de este terrible caso, en Facebook apareció otro video en que se
veía a otra mujer al parecer furiosa lanzarle almohadazos a un niño de
aproximadamente un año quien no paraba de llorar. Un tanto oculto a un lado de
una pared se veía a un hombre que al
parecer era quien grababa la escena, la mujer no contenta con ello sujetaba la
carita del niño con la almohada.
No habían pasado muchos
días cuando apareció otro video también en Facebook en que se veía a otra mujer supuestamente jugar con otro
bebito de aproximadamente menos de un año.
Lo tomaba de los bracitos y hacía con él una serie de piruetas como si se tratara de un
simple objeto. Luego lo tomó de los piecitos, los mecía hacia los lados, en los
movimientos se lo pasaba de una mano a otra, a veces lo colgaba de un piecito y
luego del otro, lo mecía bruscamente a tal grado que yo por instantes sentía
que se le soltaba y se estrellaba contra la pared o contra el piso. Por último
la mujer quizá ya cansada lo lanzó de pancita en la cama, le hizo unas cuantas
caricias y ya no se vio más. Mi pregunta en Facebook fue: ¿Será esa una
buena manera de jugar con un bebé? Los comentarios de reproche hacia la mujer
no se hicieron esperar.
El
abuso, maltrato infantil y hasta
horrendos crímenes están a la orden del día. Actualmente en Guatemala está
siendo juzgada una mujer que asesinó de 52 golpes a su hijita de tres años. Aún ya muerta le propinó otros 53 golpes
para luego reportar a la policía argumentando
que las dos habían sido secuestradas. Por la hora en que los forenses determinaron
la muerte de la menor y el tiempo en que ella acudió a la policía, las
autoridades concluyeron que la asesina era ella, su propia madre. Cuando el
cuerpecito fue encontrado tenía una mordedura cuya herida coincidió con la
dentadura de la mujer y además tenía dislocado el cuello, esa madre está ahora a
punto de ser condenada a 65 años de prisión. Es verdad que este último caso es
un parricidio, muy diferente a los otros, pero el punto es que se trata de
actos en contra de seres indefensos quienes por lógica deberían de ser
protegidos por los adultos.
En Estados Unidos
constantemente se oye la queja de que el gobierno les quita autoridad a los
padres sobre sus hijos. Basta con que un vecino llame al Sistema de Bienestar
de Menores denunciado que alguien abusa de niños para que los trabajadores sociales
se hagan presentes y hagan temblar a los padres. Eso significa que de
comprobarse el abuso el gobierno toma a los niños, los lleva a casas de crianza
y en casos extremos los padres los pierden definitivamente. Es verdad que hay
casos en que en mi opinión el gobierno se excede, los trabajadores sociales a
veces exageran, pero cuando se ve el abuso o mal trato infantil y hasta
crímenes que conmueven nuestras entrañas, pienso en lo que mi padre decía: ``de
dos males, el menos mal``.
En nuestro
caso como padres de familia, siempre que llevábamos a nuestros hijos al doctor para
ser inyectados o vacunados teníamos que hacernos de ``corazón duro``. Muchas veces yo volvía la mirada hacia un lado
para no ver cuando les introducían las agujas, me decía dentro de mí mismo
``mejor me lo hicieran a mí y no a ellos``. Por tanto, en el caso del tatuaje, no sólo la madre es
culpable sino la persona que lo hace. No sé de quién fue la decisión de
publicarlo, sin embargo, quien haya sido quizá lo considera gracioso, al igual
que los otros, esos videos pueden ser la evidencia para ser castigados por la
ley. Me gustaría saber que dichas personas ya están siendo procesados o al menos investigados, por su puesto que nececitan conocer el amor de Dios, pero la ley es la ley.
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