``Ayer un grupo bipartidista de senadores anunció los
principios de una reforma migratoria, que están muy en línea con los principios
que he propuesto durante los últimos años. En este momento, parece que existe
un deseo genuino de concretar esto pronto. Eso es muy alentador. Las buenas
noticias son que –por primera vez en cinco años-republicanos y demócratas, miembros
de los dos partidos en ambas cámaras, están trabajando activamente en una
solución.`` Barack Obama.
Este fue el anuncio que la comunidad inmigrante
comenzando por unos once millones de indocumentados, habían estado esperando
ansiosamente, desde que los atentados del 11 de septiembre del 2001 frustraron
lo que se esperaba en el gobierno de George Bush. El anuncio lo dio el
presidente acompañado de la secretaria del Departamento de Seguridad nacional,
Janet Napolitano, ex secretaria del trabajo Hilda Solís y Ken Salazar ex secretario del
interior en el Instituto del Sol en Las Vegas nevada.
Pero eso no es todo. El presidente lanzó un ultimátum
al congreso cuando dijo que si éste no avanza con un proyecto de reforma
migratoria, será él quien envíe su propuesta y exigirá que se realice una
votación. Al unísono de ``si se puede`` por parte del público, varias veces
repitió: ``Ha llegado el tiempo de una reforma migratoria``.
No es para menos. A diferencia de años anteriores en
que reinaba todo un ambiente xenofóbico sobre el tema, los últimos sondeos
reflejan un 62% de aprobación a nivel nacional. El mismo senador republicano
por la Florida Marco Rubio que durante la pasada campaña se mostró reacio al
tema migratorio, ahora hasta se adelantó al presidente con su ``Mis principios
para una reforma migratoria``. Esto es: modernizar el sistema migratorio legal,
poner en marcha mecanismos reales y efectivos del cumplimiento de la ley, crear
un proceso humano responsable para tratar a los once millones de
indocumentados, un proceso que no sea injusto para quienes están esperando
entrar por la vía correcta y que no incentive la inmigración ilegal en el
futuro. Además el senador Rubio propone crear programas de visas para atraer a
más empresarios, inversionistas y trabajadores altamente calificados en los
campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
La lucha no ha
sido nada fácil. Justo el día de la toma de posesión del segundo mandato de
Obama, en Chicago se realizaba una marcha para pedirle parar las deportaciones
y separación de familias por medio de una orden ejecutiva. ``No vamos a
quedarnos parados mientras otras 500,000 personas son deportadas al tiempo que
en Washington los políticos hablan cómodamente`` dijeron los organizadores.
El presidente
que en su primer mandato prometió impulsar la Reforma Migratoria en los
primeros cien días de su gobierno, no cumplió, por el contrario, es él que ha
deportado más indocumentados que los anteriores. Sin embargo, ante la retórica
antiinmigrante del republicano Romney, a los hispanos no les quedó otra
alternativa, que darle el 71% del voto a Obama. Eso aparte de ser defraudados
en su anterior gobierno, no sólo en lo migratorio si no en lo referente al
aborto y los homosexuales, aspecto en el que los hispanos somos menos
liberales, con eso se ignora la voz de las iglesias cristianas con respecto a
los principios bíblicos. Después de las elecciones de Noviembre, los
republicanos dieron un giro inesperado,
ahora el 53% favorece reformar el sistema migratorio contra el 22% en el 2010.
Dado a los
últimos acontecimientos, muchos políticos creen que para Agosto de este año
habrá algo concreto con respecto a los indocumentados (al menos el proyecto en
el Congreso) por lo que no tiene caso seguir separando familias. Es urgente
aparte de humano, exigirle al presidente parar las deportaciones. Mientras
tanto, es prudente portarnos bien, recopilar documentos, buscar asesoría legal
en caso de mal record, ahorrar dinero porque se va a necesitar. Los hispanos
nos caracterizamos por dejar todo para el último momento, ese estereotipo ya
debe de cambiar. Se dice que “somos los
hombres del mañana” pero no porque seamos la promesa del futuro sino porque
todo lo dejamos para mañana. Como iglesia somos llamados a defender nuestros
principios y esperar en Dios.
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