``Queremos dedicarte esta nación para
que seas nuestro Dios y nos guíes. Queremos que se conozca a Uganda como una
nación que teme a Dios y cuyos cimientos están firmemente arraigados en la
justicia para que se cumpla lo que dice la Biblia en el Salmo 33:12:
Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como
su heredad``. Esta fue la oración del presidente de Uganda Yoweri Muserveni
en la conmemoración del 50 aniversario de la independencia de su país.
Oración que mereció la atención de distintos medios de comunicación
cristiana, entre ellos la Revista Cristiana Fuerza Latina.
Si se ve desde el punto de vista de que
Uganda es un país cristiano pese a estar en el continente africano, en donde
la gran mayoría es musulmán, éstos apenas alcanzan el 12.5%, eso no sería de
extrañar. El caso es que la mayoría de nuestros países se identifican como
cristianos, incluyendo a Estados Unidos, no es común que un presidente
pronuncie una oración tan convincente.
Regularmente lo hacen sacerdotes o
pastores en casos como éste o cuando un presidente asume el mando. En esta
ocasión fue el propio presidente quien la pronunció, un motivo suficiente
para que el hecho cobre relevancia, además citó pecados como el orgullo, el
tribalismo, la pereza, la corrupción, la inmoralidad sexual y otros. Dijo
orar de esta manera para ``cerrar la maldición del pasado``. Añadió:
``Confesamos los pecados que han sido obstáculo para la armonía nacional y
las demoras en el proceso político, social y económico. Confesamos los
pecados de brujería, idolatría que abundan en nuestro país`` Livel Scott,
pastor norteamericano dice al respecto: ``La decadencia de los líderes
occidentales ocurre en proporción al grado en que rechazan a Dios``.
En el capítulo 8 del
primer libro de Reyes del verso 12 en
adelante se lee la oración del rey Salomón para dedicar el templo que
construyó a Dios. ``Oye, pues la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel;
cuando oraren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en
los cielos; escucha y perdona; Estén, pues, atentos tus ojos a la oración de
tu siervo y a la plegaria de tu pueblo
Israel, para oírlos en todo aquello por lo cual te invocaren en `` (V:
30, 52). La respuesta de Dios no se hace esperar a la oración sincera del
monarca: ``Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración
en este lugar`` (1 Crónicas 7:15).
Dios escucha y contesta
la oración de todo aquel que a Él se acerca en arrepentimiento y contrición
de espíritu. Así lo dice David: ``Los sacrificios de Dios son el espíritu
quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú o Dios`` (Salmo
51:17). Si bien David pronuncia estas palabras en un contexto muy particular
debido a su pecado con Betsabé, son palabras que aplican en cualquier momento
y en cualquier circunstancia; son palabras que si vinieran del corazón de un presidente confesando el
pecado de su nación y pidiendo su dirección el mundo fuera diferente.
Corroborando lo que leo
en la Revista Fuerza Latina la actitud del presidente de Uganda debería de
ser la de nuestros líderes occidentales. Lamentablemente no es así, más bien
fomentan o toleran la pérdida de valores ignorando por completo los
principios bíblicos establecidos por Dios. Sin ir muy lejos en Estados Unidos se ha
tratado muchas veces de eliminar la
frase ``En Dios creemos`` del billete de dólar.
Quiérase aceptar o no,
el apoyar y promover leyes que atentan en contra de lo moral es un desafío
para el mismo Dios. Eso definitivamente está conduciendo al país a la ruina
total y no habrá solución a menos que
se produzca un genuino arrepentimiento. QUIERA DIOS QUE HAYAN MAS PRESIDENTES
COMO EL DE UGANDA.
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