Todos los días nos enteramos de noticias que de una u
otra manera tienen que ver con violencia especialmente en nuestros países de
América Latina. Si hablamos de México que es el país más inmediato a Estados
Unidos vemos como la sangre corre a diestra y a siniestra sin que haya poder
humano que ponga fin a tanta barbarie, porque no lo hay, ni lo habrá.
En la mayoría de los casos son por gente que opera al
margen de la ley como es el caso de los narcotraficantes que tienen el poder
económico y armamentos sofisticados superior
a los gobiernos producto de operaciones ilícitas. Tienen la capacidad de infiltrarse
y comprar a los gobiernos de turno por
lo que ya dije ``no hay poder humano que ponga fin a tanta barbarie``. Sin
embargo, cuando los hechos vienen por organismos de gobierno en contra de gente
indefensa, la cosa adquiere otro matiz.
Es el caso de lo sucedido la semana pasada en
Totonicapán Guatemala en donde un grupo fuerte de personas protestaban contra
ciertas medidas del gobierno que les afecta su forma de vida. Es común en estos
casos que los afectados en ocasiones cierren carreteras, tomen propiedades y
hasta tomen como rehenes a soldados y policías. Al parecer ésta vez un contingente de soldados que auxiliaba a la
policía disparó contra los manifestantes muriendo ocho personas y quedando
heridas otras treinta. Algunos dicen que fue un policía privado quien primero
disparó pero al parecer esto vino de miembros de ejército por lo que la presión
nacional e internacional no se hizo esperar. Ocho soldados y el coronel que los
comandaba se encuentran detenidos mientras se sigue el curso de las
investigaciones.
Lo sucedido en Totonicapán, un departamento del
occidente de Guatemala o el Altiplano como se le llama a la región (caracterizado
por el colorido de su paisaje), bien puede suceder en México, en el Salvador etc. De hecho no es
la primera vez que sucede en el País de la Eterna Primavera como sucedió por
ejemplo en México en 1968 en la Plaza de Tlatelolco. Ahí también el ejército
disparó contra cientos de estudiantes muriendo un destacado periodista que
cubría la noticia.
¿Posiblemente más de alguien todavía se pregunte por
que comentar sobre temas políticos a nivel de iglesia? Es nuestro deber no sólo denunciar la
injusticia como lo hicieron muchos de los profetas del Antiguo Testamento, también debe de ser motivo para reflexionar sobre la urgente
necesidad de contrarrestar todo aquello que van en contra de la dignidad humana,
es producto del pecado y como tal debe de ser combatido con las armas
espirituales, la iglesia es parte de la realidad que el mundo vive.
No puede
justificarse de ninguna manera el que el ejército o la policía dispare a
mansalva contra la población pero tampoco puede justificarse el que la gente
tome las carreteras, destruya puentes, destruya la propiedad privada como suele
suceder, no en este caso. El derecho de protesta no puede ser negado ni reprimido
siempre y cuando sea bajo los conductos legales llenando los requisitos
correspondientes.
Una cosa es verdad. Los evangélicos en el país ya casi
llegan a la mitad de la población, Guatemala es uno de los países más evangelizados
de América Latina en donde las mega-iglesias están de moda. En la década de los setenta una iglesia de
200 a 300 miembros era considerada ``grande`` hoy es lo contrario frente a éstas enormes congregaciones
que pasan los miles, miles y miles de
miembros.
¿Cómo es posible que en un país con un altísimo
porcentaje de gente que pregona a Jesucristo siga sucediendo tanta barbarie?
¿Será que aún la iglesia no está llenando las expectativas misionales que Dios
demanda? Guatemala sigue siendo tan
violento que mucha gente sigue ahí porque no tienen otra opción, no-obstante,
al hablar con muchos de los paisanos se deduce fácilmente que si en ellos consistiera
no lo pensarían dos veces para abandonar el país.
Como creyentes entendemos que no se puede bajar la
guardia. Cada persona que es transformada por Jesucristo es un delincuente
menos, si con un alto porcentaje de evangelio estamos así ¿qué sería sin ello? Todos anhelamos un país en donde reine la paz,
la justicia, la equidad sin revanchismos y donde el amor de Dios llene los
corazones e irradie los rostros chapines. Eso sólo puede venir de Dios. Nunca
el hombre podrá cambiar al hombre, el respetar y obedecer a las autoridades es
deber de todo creyente excepto cuando dicha obediencia atenta contra la palabra
de Dios. Pedro fue claro cuando dijo: ``Es necesario obedecer a Dios y no a los
hombres`` (Hechos 5:29). Pero eso no
está sucediendo en nuestros países comenzando por Guatemala en donde la
libertad de culto está garantizada por la constitución.
Mientras tanto sigamos orando por nuestro país y por
sus autoridades. El voto de Guatemala hizo la diferencia para que Israel fuera
declarado como nación el 14 de Mayo de 1948 y yo sigo creyendo en lo que Dios
le dijo un día al patriarca Abraham: ``Bendeciré
a los que te bendijeren y maldeciré a los que te maldijeren; y serán benditas
en ti todas las familias de la tierra`` (Génesis 12:3).
Finalmente, de todo corazón le recuerdo a mi país lo
que dijo el apóstol Pablo: ``Mas cuando abundó el pecado, sobreabundó la
gracia`` (Romanos 5:20).
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