Hablar de cincuenta millones de hispanos en Estados
Unidos es hablar no sólo de una fuerte presencia sino de fuerte influencia; es
hablar del grupo étnico más grande que no puede ser ignorado. Quienes ven con
desdén
a los hispanos deberían
considerar que mucho antes de que esta nación fuera fundada la presencia
española data desde el siglo XVI. Quince años después de que Cristóbal Colon
pisara tierras americanas el 12 de Octubre de 1492, Juan Ponce de León
descubría lo que hoy es el territorio de Florida, eso indica que fue aún
antes de la independencia de México.
Leyendo al Doctor Esdras Betancourt de la Iglesia de
Dios y a otros autores me sentí inspirado a escribir sobre ello, de hecho en
este espacio constantemente se aborda el tema de los inmigrantes y la presencia
hispana. Betancourt quien presenta bases
bíblicas sobre el origen y desarrollo de los hispanos dice que éstos no son
recién llegados a América: ``El primer idioma europeo que se habló en América
fue el español y las primeras ciudades establecidas fueron hispanas``.[1]
Dice además el Dr. Betancourt:
Sefarad
en la palabra con la cual la tradición hebrea medieval llamó a España, y es un vocablo que también se encuentra en
la Biblia en Abdías 17-21 (Sefarad es la palabra hebrea para español. Es una
profecía sobre el regreso de los judíos a España. La referencia bíblica más
conocida sobre Tarsis está en la historia de Jonás quien intentó huir allí
(1:3;4:2). Se cree que el pez lo vomitó en las costas de España.[2]
Desde la escuela primaria aprendimos que la
evangelización del Nuevo Mundo vino de España por tanto el español fue el
primer idioma que se habló en América. Es importante aclarar que hablar de
``latinos`` es hablar de quienes hablan español que se deriva del latín, hablar
de hispanos es hablar de quienes hablan español (latinos) en Estados Unidos. El Dr. Betancout con respecto a la presencia
española en lo que hoy es Estados Unidos dice:
La
primera ciudad establecida y que todavía existe fue San Agustín, Florida. Los
estados de Texas, California, Arizona, Nuevo México y parte de Colorado que en
una época pertenecieron a México. Así es que, en cuanto al tiempo se refiere,
no es el hispanoamericano el recién llegado a América, sino el angloamericano.
Doce años antes de que los peregrinos desembarcaran en Plymouth Rock, los
españoles ya habían fundado la ciudad de Santa Fe, en Nuevo México. Así fue que
en el principio no fueron hispanos los que emigraron a esta nación: fue esta nación
la que emigró a las tierras hispanas.[3]
Por su parte el doctor Daniel Sánchez dice:
Hablando
cronológicamente, el primer grupo que tiene que enfocarse en términos de su
residencia en este país (Estados Unidos) es el grupo español Americano. El
segundo grupo, que a veces es difícil de aislar es el hispanoamericano. Es
difícil diferenciar entre los españoles y los hispanoamericanos porque los
territorios del sur oeste pertenecieron a España hasta 1821 cuando México ganó
su independencia de España y fue tiempo en que los habitantes de esta área
oficialmente vinieron a ser ciudadanos de México.[4]
Con todo esto vale la pena preguntarnos ¿Qué dirían al
respecto los extremistas anti-inmigrantes como la ultraderecha republicana que
se dan el lujo de promover leyes xenofóbicas para deportar o separar familias
que lo único que hacen es buscar un futuro más digno para ellos y sus hijos?
Pero eso no es todo, les están expulsado de donde un día fueron y cuya
presencia en esta tierras data desde antes de los anglos.
El propio presidente Barack Obama declaró en el 2009
del quince de septiembre al 15 de Octubre el mes de la herencia hispana:
``Celebramos la cultura, las contribuciones y el triunfo de nuestros hermanos
hispanos en Los Estados Unidos. Son muchos los hispanos que se han destacado en
el entrenamiento y las artes, el mundo de los negocios y empresas, salud,
educación, las leyes y el gobierno entre otros``. Sería muy difícil mencionar a empresarios,
funcionarios de gobierno, políticos prominentes hispanos que están haciendo
historia en este gran país, a tal grado que los pronósticos auguran en unos
cuantos años un presidente hispano en
la Casa Blanca.
Si hablamos de los inmigrantes indocumentados, se
habla de doce millones que según estudios aportan más de lo que reciben. Sus
contribuciones a la economía y a la industria son muy valiosas, se ha visto
como la industria agropecuaria se queja constantemente de la escases de mano de
obra, eso da lugar a la propuesta de traer trabajadores temporales. Leía hace tiempo
que hay estados que han propuesto sacar a prisioneros de las cárceles para
recoger las cosechas.
Irónicamente, en las dos últimas décadas el gobierno de
Estados Unidos se ha dedicado a reforzar la frontera que si bien está en todo
su derecho como país soberano, debería ser más sensible, éste es un país de
inmigrantes y como tal debería de actuar reconociendo su aporte no sólo en lo
económico sino culturalmente. Políticos prominentes hablan de orillar a los
indocumentados para que se auto-deporten, por supuesto que eso es como soñar
despierto pero es innegable que la situación de los inmigrantes indocumentados
es cada día más difícil. No-obstante, el cuidado de Dios sobre ellos se déjà
ver a todas luces. En nuestras congregaciones constantemente se oyen testimonios
de como la providencia divina se manifiesta en sus vidas. Como iglesia estamos
llamados a ejercer un liderazgo consecuente con respecto al inmigrante e
implorar porque se les vea y trate con dignidad, que se impulsen leyes que les
protejan como la tan ansiada Reforma Migratoria. La Biblia dice: ``Como a un
natural tendréis al extranjero que more entre vosotros`` (Levítico 19: 34).
En este mes de la hispanidad me apropio de las
palabras de la destacada periodista Pilar Marrero: ``Estados Unidos está
cavando la propia fosa de su prosperidad y abandonando sus tradiciones y
principios en el peor momento posible``[5]
Oremos porque Dios ilumine a Estados Unidos y que
cambie su perspectiva con respecto a los hispanos..!
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