``Cambio, perdón y reconciliación`` fueron las palabras que más resaltaron en el discurso de toma de posesión del nuevo presidente de Guatemala general Otto Pérez Molina, que según sus palabras llega a la presidencia en medio de un clima de violencia e inseguridad, quiebra moral, un alto índice de pobreza y una deuda desproporcionada.
Otra de sus afirmaciones fue decir que la tarea es de todos. El gobierno sólo no puede lograr el anhelado sueño chapín de una Guatemala que pueda ofrecer a sus 13 millones de habitantes un ambiente de prosperidad, paz y equidad de la justicia. Eso no será posible a menos que se logre la recuperación de los valores tradicionales como es el respeto a la ley, el valor de la familia diciendo no a la corrupción que a decir verdad es un mal que impera si no en todos, en la mayoría de nuestros gobiernos latinoamericanos. Pérez Molina se compromete a conducir al país a un cambio profundo y no ``cosmético`` lo que él que llamó ``La transformación de nuestra sociedad``.
En alusión al gobierno saliente dijo recibir a un país en crisis económica moral que no logró mejorar su imagen ni siquiera en los últimos dos meses para la transición. Pérez Molina mostró ser un hombre seguro, disciplinado que transmite positivismo pieza clave para lograr la ansiada unidad nacional. Al hablar de reconciliación habla de retomar el camino diciendo no al revanchismo político y mirar hacia el futuro.
Para quienes viven en Estados Unidos el nuevo presidente ha ofrecido hacer las gestiones pertinentes ante el gobierno de Barack Obama sobre la aprobación del Status de Protección Temporal T. P. S. que ya el gobierno anterior había iniciado. El T.P.S. ya lo tienen los salvadoreños y nicaragüenses que huyeron a causa de las guerras que azotaron a Centro América en los años ochenta y Honduras a causa de catástrofes naturales. Guatemala sufrió una guerra de 36 años con un saldo de más de 200, 000 muertos motivo suficiente para haberlo logrado pero por negligencia de los gobiernos de turno, hoy se sufren las consecuencias migratorias.
Hasta el momento según sondeos en Washington el gobierno norteamericano estudia el pedido de Guatemala ya no por motivos de guerra sino por los efectos causados por la erupción del Volcán de Pacaya, la tormenta Ágata y en efecto los últimos temblores del 2011. De ser así sería una bendición de Dios que nuestros compatriotas puedan vivir con un poco de tranquilad, pero con el ambiente xenofóbico que se ha venido viviendo en Estados Unidos en contra de los inmigrantes y que se ha intensificado más ahora por ser un año de campaña electoral, no se perfila nada bueno. No-obstante, seguimos confiando en la justicia de Dios.
Volviendo al nuevo presidente de Guatemala, Pérez Molina no es Dios para hacer milagros pero si proyecta esperanza en un futuro mejor, ya él lo dijo ``es tarea de todos``. El mayor problema del ser humano que no ha tenido un encuentro personal con Cristo es confiar en los hombres, estos son solamente instrumentos del Todo Poderoso quien es el que pone y quita reyes, nuestra mirada debe estar en Él porque de otra manera dentro de cuatro años nos estaremos de nuevo lamentando.
En lo personal visualizo una Guatemala más próspera en todos los aspectos en que Dios ocupe el primer lugar sobre todas las cosas. Los evangélicos en el país ya llegamos a los seis millones con unas 25, 0000 iglesias que a través de nuestra fe nos comprometemos a orar por el nuevo gobierno como se hizo por el saliente, ese el mandato bíblico, el orar por nuestros gobernantes
martes, 17 de enero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario