sábado, 11 de septiembre de 2010

REFLEXIONANDO SOBRE EL 9-11 Y A PARTIR DE ENTONCES

Eran aproximadamente las nueve de la mañana del martes once de septiembre del 2001 que llegaba al aeropuerto La Aurora en la ciudad de Guatemala a bordo del carro de uno de mis hermanos para abordar el avión con destino a Los Ángeles. El sábado anterior habíamos celebrado el cumpleaños número setenta y cinco de mi madre que de hecho había sido la razón de este viaje a mi bello país.

Ya en la línea con pasaporte, boleto en mano y presto a registrar mi equipaje viendo hacia el segundo piso la nostalgia de mis familiares que habían llegado a despedirme y mientras se escuchaban las notas de la marimba entonar ``Las golondrinas`` de pronto se apagan las luces, los empleados se hablan uno al otro mientras uno de ellos habla por teléfono, por un momento se percibe un ambiente de zozobra, la pregunta de todos es ¿Qué pasa? De inmediato se escucha por las mismas bocinas donde se anuncian entradas y salidas de vuelos, ``Señores pasajeros, a partir de este momento quedan suspendidos todos los vuelos porque algo grave ha pasado en Estados Unidos. Dos aviones se han estrellado en las torres gemelas de Nueva York, por lo que se les suplica guardar la calma y esperar hasta nueva orden``. Algunos pasajeros se acercan al empleado más inmediato que ha todas luces se refleja nervioso, dice que el siguiente vuelo está programado para las dos de la tarde por lo que sugiere esperar. Mis hermanos necesitan regresar a sus trabajos, yo les digo que pienso esperar el vuelo de las dos de la tarde si es que hay cupo, nuevamente se escucha que al menos por ese día no saldrán aviones y que lo mejor es que los pasajeros regresen a sus casas, que estén atentos porque ellos llamarán en el momento en que se reanuden los vuelos. Afortunadamente mi hermano no se ha ido, va por el carro y regresamos a casa. Media hora más tarde me llama mi hijo Ociel de Los Ángeles para decirme que todo está tranquilo, mi esposa ya va rumbo a casa porque en el trabajo se han cerrado las actividades, que no me preocupe, las cosas han sucedido en Nueva York no en Los Ángeles, tenemos familiares allí y también se reportan sin novedad.

Ya en el carro, se enciende el radio, una información mucho más clara. Un avión se ha estrellado en el Pentágono en Washington y otro que venía directo a la Casa Blanca ha sido derribado por órdenes del presidente Bush. Por la televisión se ven imágenes desgarradoras como la de un hombre que se lanza al vacío y en el aire da unas cuantas vueltas hasta caer en el cemento totalmente destrozado. El algún lugar del medio oriente un (sonriente y hasta el momento desconocido para muchos) Osama Bin Laden celebra junto a sus cercanos colaboradores y llamando héroes a los secuestradores que deacuerdo a su fe, ya son recibidos con honores en el cielo por Mahoma.

Por la noche en Guatemala las iglesias estaban abarrotadas al igual que el terremoto del 4 de Febrero de 1976 porque lastimosamente el ser humano es así. ¿Por qué tienen que suceder tragedias o situaciones extraordinarias para acudir a Dios? Ahora, todos los días mañana y tarde llamaba a la compañía y la respuesta era: ``aún no se sabe cuando serán autorizados los vuelos`` El viernes a las siete de la noche llamaron para decir que saldría un vuelo el sábado a la una de la tarde y fue así como regresaba a Los Ángeles. A nuestra llegada las banderas norteamericanas ondeaban por doquier, en los carros, en las casas y la popularidad del presidente Bush pasaba por uno de sus mejores momentos por su respuesta firme, heroica de manejar política y militarmente la situación, por muchos meses nuestros carros lucían también la bandera norteamericana.

Hoy nueve años después vemos cada día un mundo más inseguro y vulnerable, la promesa de campaña de Barack Obama de regresar las tropas de Irak ha comenzado a cumplirse bajo la premisa de que ya Irak es autosuficiente y debe asumir su propia responsabilidad. Mucho de la crisis financiera de los últimos años es atribuido a la guerra y los ataques del once de septiembre cosa que los republicanos han tomado como excusa en contra de la reforma migratoria acusando hasta de terroristas a los indocumentados en su mayoría latinos, mientras está ampliamente documentado que entre quienes secuestraron y estrellaron los aviones no había ni un solo hispano.

¿De cuánto más podríamos hablar en los últimos nueve años no necesariamente en relación con el once de septiembre? ¿Cómo el narcotráfico desafía a nuestros gobiernos? ¿Cómo nos ha golpeado la crisis financiera a nivel mundial hoy cuando más se habla de globalización? ¿Qué de la resiente matanza de indocumentados en Tamaulipas México? ¿Cómo los inmigrantes e indocumentados estamos siendo reprimidos en Estados Unidos? En respuesta a ésta última pregunta, lo más reciente es la tristemente célebre ley de Arizona, la SB1070 que a todas luces refleja el grado de deshumanización de una nación fundada por inmigrantes y a quienes Estados Unidos debe mucho de su éxito en el mundo.

Si hablamos de los hispanos tampoco somos angelitos. Muchos hemos abusado del sistema y seguimos abusando. Se nos olvida que no somos de aquí y que es nuestro deber respetar las leyes, porque como cualquier país en el mundo, este es un ``país de leyes``. En las marchas el 2006 se veía más la bandera mexicana y en algunos casos de países centroamericanos lo que de hecho jamás lo aceptaríamos en nuestros países. ¿Quién estaría dispuesto a permitir que extraños entren a su casa por la puerta de atrás y haga de las suyas? También es verdad que se han ganado muchos espacios en lo político y socioeconómico porque quien viene a ``trabajar y a superarse`` este es un país de oportunidades.

Los acontecimientos de los últimos días en Los Ángeles han ocupado los primeros titulares de la prensa hablada y escrita con respecto al inmigrante guatemalteco que fue muerto por un policía cuando fueron llamados para auxiliar a una persona a quien ``mi paisano`` amenazaba con un cuchillo. Algunos dicen que el oficial le hablo en inglés y español pero que éste no entendió por estar borracho. Otros dicen que no hablaba español ni inglés, de hecho en esa área hay mucho indígena Kanhobal (una etnia del occidente guatemalteco que se caracterizan por ser muy progresistas, comerciantes y empresarios). Aún no está claro si entendió o no entendió la orden de soltar el cuchillo y que por el contrario se lanzó hacia el oficial y que éste actuó en defensa propia. Otros, que lo del cuchillo no es verdad que fue lanzado por la misma policía etc. Otros que fueron solamente cuarenta segundos de diálogo y que el policía debió disparar al suelo o en todo caso a otra parte del cuerpo pero no a la cabeza. El punto es que la policía de Los Ángeles tiene un historial de abuso y especialmente hacia los latinos, como ha sucedido en otras ocasiones siendo el más reciente en mayo del 2007 en el parque Mac Arthur y que hasta el momento siempre han sido absueltos, por lo que hay suficientes motivos que generan desconfianza.

Al exponer mucho de lo que ha sucedido en los últimos nueve años me pregunto nuevamente ¿Hacia a dónde nos dirigimos? ¿Qué más podemos hacer como iglesia ante el alto grado de deshumanización y pérdida de valores como consecuencia de la falta de temor a Dios? Lo último es el desafío de un controversial ``reverendo`` que amenaza con quemar cientos de ejemplares del Corán precisamente hoy once de Septiembre en protesta por la intención de construir una mezquita muy cerca de la zona 0, un hecho que atenta aún más sobre la estabilidad de Los Estados Unidos poniendo en peligro las tropas en Irak .

Solamente Dios y nadie más que Él, es el único en tener la respuesta para la dignificación del ser humano. No dudo que lo del Reverendo tenga ciento sentido de nacionalismo pero hay otras maneras de expresarlo y no de esa manera. En el caso de este inmigrante que cuya muerte sucedió en Westlake a pocas cuadras del parque Mac Arthur y siendo esta una de las áreas más evangelizadas del centro de Los Ángeles, creo entonces que hay motivos suficientes para preguntarnos: ¿Hubiera estado borracho, con un cuchillo en la mano y amenazando a personas dentro de un templo adorando y alabando a Dios como lo hacemos nosotros?

¡Cuánto nos falta por hacer con respecto a la proclamación del Reino de Dios y que la iglesia haga presencia en todo lugar…!

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